27 junio 2013

Evangelio del día 27 junio


Evangelio según San Mateo 7,21-29. 
No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo.
Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros.
Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí ustedes que hacen el mal!
Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca.
Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena.
Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.»
Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba,
porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley. 

26 junio 2013

Domingo 30 de junio

Domingo 30 de junio

Evangelio del día 26 de junio


Evangelio según San Mateo 7,15-20. 
Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecha rían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos?


Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos.
Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos.
Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego.
Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras. 

22 junio 2013

Domingo 23 de junio: ¿Quién es Jesús para mí?

Actividad: San Pedro y San Marcos


Fuente: Las Melli

Actividad: Amar es entregarse


Fuente: Las Melli

Evangelio del día, 22 de junio


Evangelio según San Mateo 6,24-34. 
Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.
Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?
¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura?
Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen.
Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lu jo, se pudo vestir como una de ellas.
Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen!
No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos?
Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso.
Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas esas cosas.
No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas. 

19 junio 2013

San Pedro y san Pablo


Fuente: Las melli

Evangelio del día, 19 de junio


Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18. 
Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo.
Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.
Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha:
tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.
Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.
Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello.
No son los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las cosas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.


Excursión parroquial 15 de junio.

El pasado sábado día 15 de junio se llevó a cabo la tradicional excursión parroquial. Comenzamos la mañana disfrutando de las bellezas de Astorga; a continuación, una suculenta comida nos esperaba en Castrillo de los Polvazares, donde algunos degustaron el famoso Cocido Maragato.
Concluimos con una oración mariana en el Convento de las Hermanas Clarisas de Villalpando, compartiendo finalmente nuestras viandas en una merienda campestre.
Sin duda un día que mereció la pena.
Para ver las imágenes del encuentro, pincha en la imagen.
Excursión parroquial

17 junio 2013

Evangelio del día, 17 de junio


Evangelio según San Mateo 5,38-42. 
Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.»
Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra.
Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.
Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.
Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda

16 junio 2013

Necesitamos perdón, 11º Domingo, 16 de junio

Evangelio del día y reflexión, 16 junio

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de Él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!»
Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di, Maestro», respondió él.
«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?»
Simón contestó: «Pienso que aquél a quien perdonó más».
Jesús le dijo: «Has juzgado bien». Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados. Por eso demuestra mucho amor. Pero aquél a quien se le perdona poco, demuestra poco amor».
Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados».
Los invitados pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?» Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Después, Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.

Compartiendo la Palabra: Por José Antonio Pagola

DEFENSOR DE LAS PROSTITUTAS

Jesús se encuentra en casa de Simón, un fariseo que lo ha invitado a comer. Inesperadamente, una mujer interrumpe el banquete. Los invitados la reconocen enseguida. Es una prostituta de la aldea. Su presencia crea malestar y expectación. ¿Cómo reaccionará Jesús? ¿La expulsará para que no contamine a los invitados?
La mujer no dice nada. Está acostumbrada a ser despreciada, sobre todo, en los ambientes fariseos. Directamente se dirige hacia Jesús, se echa a sus pies y rompe a llorar. No sabe cómo agradecerle su acogida: cubre sus pies de besos, los unge con un perfume que trae consigo y se los seca con su cabellera.
La reacción del fariseo no se hace esperar. No puede disimular su desprecio: "Si este fuera profeta, sabría quién es esta mujer y lo que es: una pecadora". El no es tan ingenuo como Jesús. Sabe muy bien que esta mujer es una prostituta, indigna de tocar a Jesús. Habría que apartarla de él.
Pero Jesús no la expulsa ni la rechaza. Al contrario, la acoge con respeto y ternura. Descubre en sus gestos un amor limpio y una fe agradecida. Delante de todos, habla con ella para defender su dignidad y revelarle cómo la ama Dios: "Tus pecados están perdonados". Luego, mientras los invitados se escandalizan, la reafirma en su fe y le desea una vida nueva: "Tu fe te ha salvado. Vete en paz". Dios estará siempre con ella.
Hace unos meses, me llamaron a tomar parte en un Encuentro Pastoral muy particular. Estaba entre nosotros un grupo de prostitutas. Pude hablar despacio con ellas. Nunca las podré olvidar. A lo largo de tres días pudimos escuchar su impotencia, sus miedos, su soledad... Por vez primera comprendí por qué Jesús las quería tanto. Entendí también sus palabras a los dirigentes religiosos: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán antes que vosotros en el reino de los cielos".
Estas mujeres engañadas y esclavizadas, sometidas a toda clase de abusos, aterrorizadas para mantenerlas aisladas, muchas sin apenas protección ni seguridad alguna, son las víctimas invisibles de un mundo cruel e inhumano, silenciado en buena parte por la sociedad y olvidado prácticamente por la Iglesia.
Los seguidores de Jesús no podemos vivir de espaldas al sufrimiento de estas mujeres. Nuestras Iglesias diocesanas no pueden abandonarlas a su triste destino. Hemos de levantar la voz para despertar la conciencia de la sociedad. Hemos de apoyar mucho más a quienes luchan por sus derechos y su dignidad. Jesús que las amó tanto sería también hoy el primero en defenderlas.

14 junio 2013

Procesión de San Antonio, 13 de junio

Tal y como estaba previsto, la Parroquia de La Inmaculada honró ayer a San Antonio de Padua. Por la mañana se vendieron los tradicionales panecillos de San Francisco, en total unos 10.500 panecillos. Lo recaudado se destinará a la ONG Francisana TAU.
A las 19,15 horas se llevó a cabo la Bendición de los niños y a continuación, Procesión por las calles de la Parroquia. Terminó el día con una Eucaristía Solemne presidida por el P. Modesto Treviño.
Para ver todas las fotos, pincha sobre la imagen.

Jornada de Puertas Abiertas, 12 de junio

El pasado día 12 de junio, la Fraternidad Franciscana de la Parroquia de La Inmaculada, invitó a todas aquellas personas que de un u otro modo colaboran en la Parroquia, a un café, pastelitos, algún licor que otro...
Fue un momento muy entrañable que ahora os mostramos en estas imágenes. Para ver todas las fotos, pincha sobre la imagen.

Jornada de puertas abiertas, 13 de junio

La creación


Evangelio del día 14 de junio


Evangelio según San Mateo 5,27-32. 
Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio.»
Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos; porque más te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
Y si tu mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque es mejor que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
También se dijo: «El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de divorcio.»
Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, fuera del caso de unión ilegítima, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio. 

13 junio 2013

Actividad: El Credo







Cómic Evangelio, 16 de junio

Canción de los pajaritos. San Antonio de Padua

San Antonio de Padua, fiesta en la Parroquia

La Parroquia de los Franciscanos de Valladolid, se encuentra de fiesta, hoy día 13 de junio.
Por la mañana, a partir de las 8,30 horas, se venderán los tradicionales "Panecillos del Santo". El importe recaudado se enviará a la ONG Franciscana TAU.
Ya por la tarde, a las 19,15 horas se llevará a cabo la bendición de los niños que han hecho su Primera Comunión. A continuación, procesión por las calles de la Parroquia. Concluirá la tarde con la Eucaristía a las 20,00 horas. ¡¡Estáis todos invitados!!

Festividad de San Antonio de Padua, 13 de junio



(Lisboa, hacia 1195 - Arcella, junto a Padua, 1231) Santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Su nombre de nacimiento era Fernando Martins; era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y de María Taveira.
Estudió en la escuela catedralicia, donde un tío suyo era maestrescuela; más tarde, en torno a 1210, ingresó en el monasterio de canónigos regulares de San Agustín de San Vicente de Fora, cerca de Lisboa. Allí tuvo como maestros al propio prior, Pedro, y a un hombre de amplios conocimientos como Petrus Petri. Pero su familia y amigos no aceptaron su vocación y trataron de hacerle abandonar.
Para evitar estas presiones renunció a la herencia familiar y se trasladó en 1212 al monasterio de Santa Cruz de Coimbra, importante centro de enseñanza religiosa que contaba con una gran biblioteca. En este otro lugar recibió la influencia de la escuela teológica de San Víctor (París) a través de profesores que habían estudiado allí. Tampoco en Coimbra encontró tranquilidad, pues el monasterio se vio afectado por el enfrentamiento entre el rey Alfonso II de Portugal y el papa Inocencio III: su propio prior, Juan, fue excomulgado por apoyar al primero.
Hacia 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coimbra, establecida poco antes en el eremitorio de Olivais, y se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza. Cuando poco después llegaron a su monasterio restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, decidió ingresar en la nueva orden, que a causa de su reciente creación aún estaba poco extendida y carecía del prestigio que alcanzaría más adelante. Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano (verano de 1220), en la que cambió el nombre de Fernando por el de Antonio (el eremitorio de Olivais estaba dedicado a San Antonio Abad), símbolo de su cambio de vida.
Tras un breve noviciado, e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, parece que en otoño de ese mismo año embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de orden, fray Felipe de Castilla, para alcanzar él mismo el martirio. Sin embargo, al poco de desembarcar enfermó de malaria; convaleciente todo el invierno, ello le obligaría a abandonar el país además de dejarle secuelas para toda la vida.
Su intención era ahora llegar a las costas españolas y desde ellas volver por tierra a Portugal, pero una tempestad llevó el barco en que viajaba hasta Sicilia. Permaneció algún tiempo en Milazzo (costa noreste de la isla), donde había una comunidad franciscana, para completar su recuperación. En junio de 1221 asistió al capítulo de su orden en Asís ("capítulo de las Esteras", que convocó a 3.000 franciscanos); allí conoció a San Francisco de Asís y decidió no regresar a Coimbra para ponerse al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña (circunscripción franciscana que abarcaba todo el norte de Italia).
Éste lo envió durante un año al eremitorio de Montepaolo (cerca de Forli) para que se fortaleciese antes de encomendarle alguna misión de apostolado. A mediados de 1222, ya con buena salud, predicó en la catedral de Forli (sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad), con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos.
Su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Recorrió así, enseñando, numerosos lugares. Su labor catequética en Rímini en 1223, por ejemplo, fue difícil, pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, logrando convertir entre otros a Bononillo, obispo cátaro. A finales de este año o principios de 1224 estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de Santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden, recibiendo para ello el permiso de San Francisco, que le escribió una carta llamándole "mi obispo".
Hacia 1224 o 1225, sus superiores lo trasladaron al sur de Francia, donde los albigenses tenían más fuerza que en Italia. Su método para combatir la herejía consistió en llevar una vida ejemplar, en charlas con los no creyentes y en catequesis para fortalecer la fe de los cristianos. Prosiguió su enseñanza teológica en Montpellier (donde se formaban los franciscanos y dominicos que iban a predicar en la región) y Tolosa (ciudad con fuerte presencia albigense), además de ser guardián del convento de Le Puy-en-Velay (al oeste de Valence y Lyon) y, desde el capítulo de Arlés de 1225, custodio de Limoges. Como tal estableció la residencia de los franciscanos de la ciudad en una antigua ermita benedictina y fundó un convento cerca de Brieve.
A finales de 1225 participó en el sínodo de Bourges, que examinó la situación de la región. Antonio señaló a los prelados la necesidad de vivir sencillamente para dar ejemplo; el obispo de Bourges, Simón de Sully, respondió a sus palabras y aplicó en lo sucesivo la reforma de costumbres, ayudándose de franciscanos y dominicos para la evangelización de su diócesis.

Evangelio del día, 13 de junio


Evangelio según San Mateo 5,20-26. 
Yo se lo digo: si no se proponen algo más perfecto que lo de los fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos.
Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: «No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.»
Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno.
Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.
Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias, que te encerrarán en la cárcel?
En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.


12 junio 2013

11º Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de junio

11º Domingo del tiempo Ordinario, 16 de junio

Actividades, 11º Domingo del tiempo ordinario, 16 de junio


Fuente: Las Melli

Evangelio del día, 12 de junio


Evangelio según San Mateo 5,17-19. 
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para traer lo definitivo.
En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.

11 junio 2013

Evangelio del día, 11 de junio


Evangelio según San Mateo 10,7-13. 
A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca!
Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar.
No lleven oro, plata o monedas en el cinturón.
Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento.
En todo pueblo o aldea en que entren, busquen alguna persona que valga, y quédense en su casa hasta que se vayan.
Al entrar en la casa, deséenle la paz.
Si esta familia la merece, recibirá vuestra paz; y si no la merece, la bendición volverá a ustedes.


09 junio 2013

Reflexión al Evangelio del 9 de junio

Compartiendo la Palabra: Por José Antonio Pagola

EL SUFRIMIENTO HA DE SER TOMADO EN SERIO

Jesús llega a Naín cuando en la pequeña aldea se está viviendo un hecho muy triste. Jesús viene del camino, acompañado de sus discípulos y de un gran gentío. De la aldea sale un cortejo fúnebre camino del cementerio. Una madre viuda, acompañada por sus vecinos, lleva a enterrar a su único hijo.
En pocas palabras, Lucas nos ha descrito la trágica situación de la mujer. Es una viuda, sin esposo que la cuide y proteja en aquella sociedad controlada por los varones. Le quedaba solo un hijo, pero también éste acaba de morir. La mujer no dice nada. Solo llora su dolor. ¿Qué será de ella?
El encuentro ha sido inesperado. Jesús venía a anunciar también en Naín la Buena Noticia de Dios. ¿Cuál será su reacción? Según el relato, "el Señor la miró, se conmovió y le dijo: No llores". Es difícil describir mejor al Profeta de la compasión de Dios.
No conoce a la mujer, pero la mira detenidamente. Capta su dolor y soledad, y se conmueve hasta las entrañas. El abatimiento de aquella mujer le llega hasta dentro. Su reacción es inmediata: "No llores". Jesús no puede ver a nadie llorando. Necesita intervenir.
No lo piensa dos veces. Se acerca al féretro, detiene el entierro y dice al muerto: "Muchacho, a ti te lo digo, levántate". Cuando el joven se reincorpora y comienza a hablar, Jesús "lo entrega a su madre" para que deje de llorar. De nuevo están juntos. La madre ya no estará sola.
Todo parece sencillo. El relato no insiste en el aspecto prodigioso de lo que acaba de hacer Jesús. Invita a sus lectores a que vean en él la revelación de Dios como Misterio de compasión y Fuerza de vida, capaz de salvar incluso de la muerte. Es la compasión de Dios la que hace a Jesús tan sensible al sufrimiento de la gente.
En la Iglesia hemos de recuperar cuanto antes la compasión como el estilo de vida propio de los seguidores de Jesús. La hemos de rescatar de una concepción sentimental y moralizante que la ha desprestigiado. La compasión que exige justicia es el gran mandato de Jesús: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo".
Esta compasión es hoy más necesaria que nunca. Desde los centros de poder, todo se tiene en cuenta antes que el sufrimiento de las víctimas. Se funciona como si no hubiera dolientes ni perdedores. Desde las comunidades de Jesús se tiene que escuchar un grito de indignación absoluta: el sufrimiento de los inocentes ha de ser tomado en serio; no puede ser aceptado socialmente como algo normal pues es inaceptable para Dios. Él no quiere ver a nadie llorando.

Reflexión domingo 9 de junio

Hoy es domingo, 9 de junio.
En medio de mil ajetreos que nos distraen y las prisas que nos anestesian, Dios se las arregla para arrancarnos de las distracciones y llevarnos al desierto para hablar al corazón. Cada momento de oración es una oportunidad para abrir las puertas al Dios que siempre trae algo nuevo y gratuito. El evangelio de hoy nos va a hablar de una madre viuda y su hijo. El canto del Magníficat es, al comenzar la oración, una forma de hacer presente a María y a todas esas madres que viven desde el amor profundo, incondicional, que es reflejo del amor de Dios.
La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 7,11-17):
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
La soledad y el sufrimiento no son ideas. Tienen siempre nombre y rostro. Ante el dolor, Jesús se conmueve. Imagina esa escena, mira, escucha, acércate a esa viuda desconsolada porque ha perdido a su único hijo. Lo último que le quedaba, su razón de vivir y su porvenir. Déjate también conmover a ti.
Jesús no cura ni resucita para ganar seguidores o generar dependencias. Jesús entrega el hijo a su madre. Imagina también esa escena, a esa madre recibiendo de manos de Jesús lo que más quería.
La gente daba gloria a Dios diciendo, Dios se ha ocupado de su pueblo. Hoy el Señor sigue visitándonos con su ternura. Lo ves, eres capaz de ver los gestos cotidianos y silenciosos, que son cauce de la misericordia de Dios en nuestro mundo.
La viuda de Naím representa, de alguna manera, esta humanidad nuestra, llena de dolor y pérdidas. Y representa también el compromiso de un Dios con los pobres, con los rotos, con los hambrientos de abrazo y de futuro. Al leer de nuevo el texto déjate contagiar por la audacia y la alegría del Dios de la vida.
Nada es lo mismo
 
Olvidemos el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa de su entidad de ayer.
¿A qué llorar por el caído fruto,
por el fracaso de ese deseo hondo,
por ese acontecimiento vivido que no puedo borrar?
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas
para la nueva historia
y es preciso abrirse a ellas para que nos puedan cambiar.
 
adaptación de un poema de Ángel González
Todo lo que hay en nosotros de mortecino y estéril, todo lo que quizá esté debajo de los poderes de la muerte, como la desesperanza, la angustia y la indiferencia. Todo puede ser vencido por aquel que nos hace participar de su vida. Habla con Jesús, sabiendo que viene a convertir nuestro luto en danza. Que esta oración te acompañe a lo largo de la semana, repitiendo en tu interior, una y otra vez, esa certeza. Tú eres el Dios de la vida… Tú eres el Dios de la vida…

Actividades sobre el padrenuestro




Fuente: La Catequesis

Evangelio del día, 9 junio


Evangelio según San Lucas 7,11-17. 
Jesús se dirigió poco después a un pueblo llamado Naín, y con él iban sus discípulos y un buen número de personas.
Cuando llegó a la puerta del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto: era el hijo único de su madre, que era viuda, y mucha gente del pueblo la acompañaba.
Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Dijo Jesús entonces: «Joven, yo te lo mando, levántate.»
Se incorporó el muerto inmediatamente y se puso a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Un santo temor se apoderó de todos y alababan a Dios, diciendo: «Es un gran profeta el que nos ha llegado. Dios ha visitado a su pueblo.»
Lo mismo se rumoreaba de él en todo el país judío y en sus alrededores.

08 junio 2013

Carta Red Asís, junio 2013

10º Domingo del Tiempo Ordinario, 9 de junio

El Papa contra el desperdicio de alimentos



PAPA FRANCISCO“Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre. La ecología humana y la ecología medioambiental son inseparables”.
El Papa explicó también que el consumismo extremo y la pobreza no son problemas económicos, sino éticos y antropológicos.

Por eso, la solución es compartir. Evocó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, con el que Jesús alimentó a miles de personas. 


Fuente: SM conectados

10º Domingo del tiempo ordinario, 9 de junio.

Evangelio del día, 8 junio


Evangelio según San Lucas 2,41-51. 
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser.Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda.


Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» El les contestó: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» Pero ellos no comprendieron esta respuesta. Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.

07 junio 2013

Evangelio del día, 7 junio


Evangelio según San Lucas 15,3-7. 
Entonces Jesús les dijo esta parábola:
«Si alguno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió hasta que la encuentra?
Y cuando la encuentra, se la carga muy feliz sobre los hombros,
y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido.”
Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse.

06 junio 2013

¿Qué celebramos en la misa?


Fuente: Las Melli

San Antonio de Padua

Colorea y lee la historia de San Antonio de Padua.

Evangelio del día, 6 de junio


Evangelio según San Marcos 12,28-34. 
Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Había escuchado la discusión y estaba admirado de cómo Jesús les había contestado. Entonces le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es un único Señor.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas.
Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.»
El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él,
y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.»
Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas.

04 junio 2013

Evangelio del día, 4 de junio


Evangelio según San Marcos 12,13-17. 
Querían pillar a Jesús en algo que dijera. Con ese fin le enviaron algunos fariseos junto con partidarios de Herodes. 

Y dijeron a Jesús: «Maes tro, sabemos que eres sincero y que no te inquietas por los que te escuchan, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios. Dinos, ¿es contrario a la Ley pagar el impuesto al César? ¿Tenemos que pagarlo o no?» 
Pero Jesús vio su hipocresía y les dijo: «¿Por qué me ponen trampas? Tráiganme una moneda, que yo la vea.» 
Le mostraron un denario, y Jesús les preguntó: «¿De quién es esta cara y lo que está escrito?» Ellos le respondieron: «Del César.» 
Entonces Jesús les dijo: «Devuelvan al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.» Jesús los dejó muy sorprendidos.

03 junio 2013

Novena a san Antonio de Padua, titular de la Parroquia



Mañana martes, día 4 de junio, comienza la novena a San Antonio de Padua, titular de esta Parroquia franciscana. El ejercicio de la novena se hará en las Eucaristías de las 10,00 y 12,30 horas y después del rosario de la tarde. A las 20,00 horas, predicará el P. Modesto Treviño, franciscano de esta fraternidad de Valladolid. ¡¡Estáis todos invitados!!

Evangelio del día, 3 de junio


Evangelio según San Marcos 12,1-12. 
Jesús entonces les dirigió estas parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y construyó una casa para el celador. La alquiló después a unos trabajadores y se marchó al extranjero. 
A su debido tiempo envió a un sirviente para pedir a los viñadores la parte de los frutos que le correspondían.
Pero ellos lo tomaron, lo apalearon y lo despacharon con las manos vacías.
Envió de nuevo a otro servidor, y a éste lo hirieron en la cabeza y lo insultaron.
Mandó a un tercero, y a éste lo mataron. Y envió a muchos otros, pero a unos los hirieron y a otros los mataron.
Todavía le quedaba uno: ése era su hijo muy querido. Lo mandó por último, pensando: «A mi hijo lo respetarán.»
Pero los viñadores se dijeron entre sí: «Este es el heredero, la viña será para él; matémosle y así nos quedaremos con la propiedad.»
Tomaron al hijo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Ahora bien, ¿qué va a hacer el dueño de la viña? Vendrá, matará a esos trabajadores y entregará la viña a otros.»
Y Jesús añadió: «¿No han leído el pasaje de la Escritura que dice: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra principal del edificio.
Esta es la obra del Señor, y nos dejó maravillados?»
Los jefes querían apresar a Jesús, pero tuvieron miedo al pueblo; habían entendido muy bien que la parábola se refería a ellos. Lo dejaron allí y se fueron.


02 junio 2013

Fin de curso, Catequesis Confirmación 2º año

El pasado martes día 28 de mayo, los jóvenes del grupo de Confirmación de 2º año, pusieron un punto y aparte a este Curso 2012-2013. Son muchas las experiencias vividas durante este año; los buenos momentos de compartir y de orar juntos.
El último día dieron gracias a Dios por todo lo vivido y luego lo festejaron entorno a una buena mesa.
¡¡Hasta septiembre, jóvenes!!

Pincha sobre la imagen para ver las fotos.
Fin de curso Catequesis Confirmación 2º Año

Papa Francisco: "No se puede llevar adelante el Evangelio con cristianos tristes"

Fuente: Erealcala

31 de mayo, 2013. (Romereports.com) Durante la Misa en Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó por qué los cristianos deben estar alegres y no tener “cara de cortejo fúnebre”. El Papa dijo que el Espíritu Santo es el que concede esa alegría que debe llevar a los cristianos a alabar a Dios. 

Un arco iris en tu corazón



Cada nube tiene una guarnición de plata... y cada día lluvioso deja un brillo especial... un Arcoiris!.
El ROJO es el color del amor, del romance y la pasión, de rosas hermosas y de la sangre que lleva la vida.
El ANARANJADO es el color de la abundancia, de las frutas ricas y de la cosecha del otoño con las puestas del sol gloriosas.
El AMARILLO es el color de la felicidad, del sol y de las flores brillantes.
El VERDE es el color de la naturaleza, de la hierba, de los árboles, de los campos y del bosque. Así como el de la Esperanza.
El AZUL es el color de la vida, del cielo claro, del aire que respiramos, y del agua que cubre la tierra.
El INDIGO es el color la noche y de los sueños.
El VIOLETA es el color de la paz y la tranquilidad, del mar profundo y de los tenues rayos atractivos del amanecer.
La vida es un arcoiris hermoso... y recuerda que si tú deseas ver un arcoiris...
TIENES QUE APRENDER A TOLERAR LA LLUVIA!!!.
Nunca olvides que no hay mayor arcoiris en nuestras vidas que aquel que viene a nuestros corazones después de la lluvia de bendiciones que nuestro Padre derrama sobre nosotros. Así que disfruta de Su amor y compártelo con otros... Y FORMA UN ARCO IRIS EN TU CORAZÓN!!!.

Domingo de Corpus Christi

Hoy es domingo, 2 de junio. Celebramos la fiesta del Corpus Christi.
Me detengo un momento y escucho el ritmo de mi respiración. En ese movimiento voy percibiendo la vida que se me está dando. Tomo conciencia de mi presencia  y de la presencia de Dios y me dispongo, humildemente a recibir el pan de su palabra. Celebramos ese regalo del pan del cielo que se nos hace en Jesús. El pan de los ángeles que se convierte en pan de los humanos. Mirad qué maravilla. Es el cuerpo del Señor que alimentará a pobres y humildes.
La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 9, 11b-17):
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»
Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»
Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
La buena noticia que acabo de leer, me invita a adentrarme en la escena. Tal vez, soy uno de los discípulos, o quizás me reconozco en las personas que tiene hambre. Es un paraje despoblado y oscurece. Al caer la tarde pesa el cansancio del trabajo y lo que apetece es tranquilidad. Despedir a la gente para que se busquen la vida. Cuando escucho decir a Jesús, dadles de comer, me doy cuenta de que no he entendido nada. ¿Participo verdaderamente de la sensibilidad de Dios, de su compasión por sus hijos desnutridos?
Junto a tantos hermanos recostados con la mano tendida, al fin comprendo. Solo cuando comparto de lo poco, todo, encuentro lo que busco, aún sin saberlo, un pan vivo que me nutre de verdad. Puedo pedir al Espíritu que nos enseñe a buscar creativamente caminos para darnos de comer unos a otros.
Después de esta comida, puedo confesar con verdad que Cristo ha abierto para nosotros un camino nuevo y viviente, que nos conduce a la fiesta, en la que habrá para todos y sobrará. Quiero renovar profundamente mi fe y mi deseo de comprometerme con él y de participar en esta fiesta.
Disponte de nuevo al renacer del evangelio, si lo deseas puedes identificarte ahora con el pan y dejar que te moldeen los gestos y las palabras de Jesús. Tal vez entonces, te sientas tomado en sus manos, bendecido, partido y repartido. Entregado a la gente, dispuesto a dejarte comer, haciéndote pan, tu vida será fecunda, nutritiva para los otros, y ese es el camino para construir juntos una sociedad más justa en la que la vida abundante llegue a todos.
Nadie ni nada
 Nadie estuvo más solo que tus manos
perdidas entre el hierro y la madera;
mas cuando el pan se convirtió en hoguera
nadie estuvo más lleno que tus manos.
Nadie estuvo más muerto que tus manos
cuando, llorando, las besó María;
mas cuando el vino ensangrentado ardía
nadie estuvo más vivo que tus manos.
Nadie estuvo más ciego que mis ojos
cuando creí mi corazón perdido
en un ancho desierto sin hermanos.
Nadie estaba más ciego que mis ojos.
Grité, Señor, porque te has ido.
Y Tú estabas latiendo entre mis manos.
José Luis Martín Descalzo
En este momento final, me recojo en silencio agradecido. Por este tiempo de encuentro y me hago ofrenda de nuevo. Doy gracias al Señor eucaristía que me invita, cada día, a alimentarme de su pan y embriagarme de su vino. Dejo que resuene dentro de mí, una vez más, dadles de comer. Haced esto en memoria mía y siento el envío a ser pan con sabor a Cristo para los que habitan en despoblado cuando anochece. Que esta invitación te pueda acompañar a lo largo de la semana, repitiendo en tu interior, una y otra vez, esa llamada del Señor. Haced esto en memoria mía…; haced esto en memoria mía…

Evangelio del día y reflexión, 2 de junio



Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 11b-17

Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser sanados.
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: «Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto».
Él les respondió: «Denles de comer ustedes mismos». Pero ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».
Porque eran alrededor de cinco mil hombres.
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Háganlos sentar en grupos de alrededor de cincuenta personas». y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.

Compartiendo la Palabra: Por José Antonio Pagola

EN MEDIO DE LA CRISIS

La crisis económica va a ser larga y dura. No nos hemos de engañar. No podremos mirar a otro lado. En nuestro entorno más o menos cercano nos iremos encontrando con familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas de desahucio, vecinos golpeados por el paro, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación.
Nadie sabe muy bien cómo irá reaccionando la sociedad. Sin duda, irá creciendo la impotencia, la rabia y la desmoralización de muchos. Es previsible que aumenten los conflictos y la delincuencia. Es fácil que crezca el egoísmo y la obsesión por la propia seguridad.
Pero también es posible que vaya creciendo la solidaridad. La crisis nos puede hacer más humanos. Nos puede enseñar a compartir más lo que tenemos y no necesitamos. Se pueden estrechar los lazos y la mutua ayuda dentro de las familias. Puede crecer nuestra sensibilidad hacia los más necesitados. Seremos más pobres, pero podemos ser más humanos.
En medio de la crisis, también nuestras comunidades cristianas pueden crecer en amor fraterno. Es el momento de descubrir que no es posible seguir a Jesús y colaborar en el proyecto humanizador del Padre sin trabajar por una sociedad más justa y menos corrupta, más solidaria y menos egoísta, más responsable y menos frívola y consumista.
Es también el momento de recuperar la fuerza humanizadora que se encierra en la eucaristía cuando es vivida como una experiencia de amor confesado y compartido. El encuentro de los cristianos, reunidos cada domingo en torno a Jesús, ha de convertirse en un lugar de concienciación y de impulso de solidaridad práctica.
La crisis puede sacudir nuestra rutina y mediocridad. No podemos comulgar con Cristo en la intimidad de nuestro corazón sin comulgar con los hermanos que sufren. No podemos compartir el pan eucarístico ignorando el hambre de millones de seres humanos privados de pan y de justicia. Es una burla darnos la paz unos a otros olvidando a los que van quedando excluidos socialmente.
La celebración de la eucaristía nos ha de ayudar a abrir los ojos para descubrir a quiénes hemos de defender, apoyar y ayudar en estos momentos. Nos ha de despertar de la "ilusión de inocencia" que nos permite vivir tranquilos, para movernos y luchar solo cuando vemos en peligro nuestros intereses. Vivida cada domingo con fe, nos puede hacer más humanos y mejores seguidores de Jesús. Nos puede ayudar a vivir la crisis con lucidez cristiana, sin perder la dignidad ni la esperanza.

01 junio 2013

Hoja Parroquial Junio 2013

Tenéis a vuestra disposición la Hoja Parroquial en el fondo de la Iglesia de San Antonio, Parroquia de La Inmaculada.



Corpus Christi

LA  EUCARISTÍA,  MEMORIAL  DE  LA  ALIANZA
    En la Eucaristía Jesús nos entrega su cuerpo y su sangre a través del pan y del vino consagrados. Esto merece una explicación de términos. En la cultura hebrea cuerpodesigna a la persona humana como epifanía del YO personal, que se hace presente socialmente a los demás y perceptible por ellos en su individualidad histórica. Sangre es el motor y símbolo de la vida del individuo; y en cuanto derramada de forma violenta, remite a su proyecto de vida, por el que, según otros, merece morir. 
   Aplicando estos conceptos a la Eucaristía, podemos decir que Cristo, nos entrega realmente su persona individual con la corporeidad  asumida en su encarnación; pero también se actualiza su proyecto de hombre al servicio del reinado de Dios, por el que, según el régimen oficial establecido, mereció morir.
    La Eucaristía adquiere así dos aspectos indisolublemente unidos: uno, másestático, destaca la presencia real de la persona de Jesús, al que corresponde nuestra adoración; otro, más dinámico, destaca la alianza entre Dios y los hombres, que exige la fidelidad mutua; la de Dios está garantizada de antemano; la del hombre está realizada “sacramentalmente” en Jesús; el creyente debe participar de ella con su vida.
     Mi comentario se centra preferentemente en este segundo aspecto de la Eucaristía sobre la base de 1 Cor 11,23-26.
     I. La Eucaristía como memorial de Jesús. El relato de la institución eucarística de  Pablo recoge las palabras que Jesús repite dos veces al repartir el pan y la copa: Haced esto en memoria mía (1 Cor 11,24s). En la tradición cultual judeocristiana hacer memoria es mucho más que evocar o recordar con un acto meramente interior; supone además una actualización objetiva con gestos y palabras del acontecimiento salvífico que se conmemora. Y a este ritual le cuadra mejor el nombre de memorial (anámnêsis).Gracias a él, el mismo acontecimiento salvífico, único en la historia (Heb 7,27; 9,26), se actualiza en el aquí y ahora de la celebración para otros destinatarios.         
     En términos generales el objetivo del memorial eucarístico es Jesús mismo: memoriamía o de mí. La cena de despedida sintetiza globalmente toda su vida terrena con su mensaje y sus consecuencias trágicas. Pero su mandato (haced esto) se refiere en particular a la repetición ritual de sus gestos y palabras en ese momento a saber:
      1. Tomó el pan y pronunció la Acción de Gracias. La acción de gracias va dirigida a Dios. Con ella Jesús supone que el pan y el vino no son propiedad del hombre, sino de Dios y, por tanto, su don gratuito. Este reconocimiento es el requisito para que estos alimentos, indispensables en la mesa de los pobres, puedan ser repartidos y lleguen a todos los necesitados (cf. Lc 9,16, evangelio de hoy).
     2. Lo partió (el pan), sin duda para repartirlo entre todos. El gesto responde a la costumbre judía de empezar la comida familiar partiendo el cabeza de familia el pan con las manos (sin cuchillo). Y es tan gráfico, que los primeros cristianos dieron a la celebración eucarística el nombre de la Fracción del Pan (Act 2,42). Pero en el caso de Jesús adquiere otras evocaciones:
     - Si el pan que entrega es ya su cuerpo, partirlo con cierta violencia es un gesto simbólico que nos introduce en la noche de la traición, el ámbito sacrificial de su pasión, en el que va a ser sometida su persona inmediatamente. Partirse es la condición requerida para poder repartirse después.
     - El pan que partimos es comunión en el cuerpo de Cristo (1 Cor 10,16). La fracción de un solo pan, para compartirlo entre todos, es el símbolo y la causa fundamental de la unidad comunitaria en la persona de Cristo.
   La ocasión del texto: corregir los abusos en la celebración
     II. La Eucaristía como alianza se destaca precisamente en el ofrecimiento de la copa de vino: Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre. En sentido bíblico laalianza entre Dios y su pueblo no es un contrato entre dos partes iguales, sino el tratado de un soberano, que con su vasallo. El primero promete ciertos beneficios; el segundo  se compromete con un juramento de fidelidad. La diferencia entre ambos salta a la vista. El primero, Dios, actúa desde una autoridad suprema e incondicional; el cumplimiento de su promesa está garantizado de antemano; y su oferta, absolutamente gratuita, procede de su amor leal. El segundo, el hombre, actúa desde su inferioridad, porque carece de títulos jurídicos para exigir la promesa o ponerle condiciones; y sólo le queda la alternativa de aceptar la alianza con gratitud y cumplirla con lealtad, o rechazarla con ceguera y desobediencia.
    Esa alianza es nueva, porque viene a sustituir a la antigua. La diferencia entre ambas radica principalmente en el sello de la sangre que las ratifica. La primera tuvo lugar con un pueblo particular, Israel, y fue sellada con la sangre de novillos, con la que Moisés roció al altar y al pueblo en señal de comunión con Dios. Entonces el pueblo prometiócumplir todo lo que había dicho el Señor, la Ley (Ex 24,1-8). Pero la historia posterior demostró que no lo hizo. La antigua alianza fue un fracaso por la infidelidad de Israel.
    La alianza definitiva entre Dios y el hombre se proyecta ahora en Jesús hacia el universalismo sin fronteras y está sellada con su propia sangre, la del Hombre-Dios.
Gracias a la humanidad de Cristo la fidelidad del hombre a la alianza queda garantizada en uno de nuestra especie de varias formas:
    - en su totalidad, hasta la sangre; sin escatimar en el cumplimiento ni siquiera su propia vida;
   - en su ejemplaridad. La muerte cruenta de Jesús es el paradigma al que debe acomodarse el resto de los hombres en la observancia del pacto con Dios; pero ahora, no por la fuerza jurídica de la Ley, sino por el seguimiento de Jesús en el amor;
   - en su eficacia, suficiente para liquidar un pasado pecaminoso de infidelidades. Los textos de la institución eucarística lo expresan con fórmulas parecidas, en las que destacan las preposiciones POR y PARA: Jesús entrega su cuerpo en el pan y derrama su sangre en la copa por muchos (todos), por vosotros, para el perdón de los pecados, para la vida del mundo (Mt 26,28; Mc 14,24; Lc 22,26; Jn 6,51).
    En resumen, celebrar la Eucaristía es
- En cuanto memorial, entrar en comunión con la persona de Jesús, como Dios entre nosotros;
- En cuanto alianza, participar de su fidelidad como Hombre-Dios, asumiendo sus mismos compromisos por el reinado de Dios.