07 febrero 2014

Oración de los fieles para el día 9 febrero, Manos Unidas

En este domingo de la Campaña contra el hambre, te pedimos, Padre, por quienes la padecen y por quienes la provocan. Y, a pesar de nuestras incoherencias, te presentamos nuestros deseos:
• Que la Iglesia llegue a ser de verdad “pobre con los pobres” de modo que su testimonio de debilidad solidaria y compasiva sea su mejor predicación.
• Que, en este mundo tan complejo, donde sobran alimentos, pero hay mil millones de personas que padecen el hambre, surjan hombres y mujeres consecuentes que denuncien la realidad sin disimular los intereses de los poderosos y la insensibilidad de quienes participamos activamente en un consumismo inconsciente.
• Que la voz angustiada de quienes padecen el hambre y la pobreza sea un grito que despierte nuestras conciencias para cambiar nuestro estilo de vida y vivir un consumo responsable, sostenible y solidario.
• Que los cristianos nos convirtamos a la debilidad de la cruz y nuestra vida concreta sea testimonio de solidaridad con los crucificados de la vida.
• Que, como cristianos, sencilla y humildemente, seamos sal en nuestra sociedad que dé sabor a su sinsabor, y luz que ilumine las zonas oscuras que nadie quiere ver, anunciando la esperanza y denunciando nuestros propios egoísmos.
Somos muy conscientes, Padre, de nuestra propia incoherencia como personas, como cristianos y como Iglesia. Conviértenos y ayúdanos a hacer realidad en nuestras vidas aquello que humildemente te deseamos y te pedimos.

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