20 febrero 2014

Oración de los Fieles para el VII Domingo del T.O. 23 febrero

En medio de nuestro mundo violento y agresivo, donde confundimos justicia con venganza, Jesús nos dice cosas inauditas: amar a los enemigos. Si eso es el Evangelio que debemos vivir, no nos queda más remedio que pedirte, Padre, que nos ayudes a cambiar nuestro corazón y nuestra mirada: 
• Para que, cada día más, toda la Iglesia mire las cosas y el mundo desde el Amor absoluto y gratuito de Dios, que hace salir el sol sobre justos e injustos, para que nuestra respuesta pueda ser al menos un reflejo de tanto y tan incomprensible Amor.
• Para que también nuestros gobernantes y quienes rigen la economía mundial conviertan su corazón para mirar el mundo desde el “dolor” que en él existe y no desde los números sin corazón y los intereses de todo tipo que desfiguran la realidad y ningunean la vida.
• No es posible amar a los enemigos si nuestra justicia no es mayor que la que manda la simple moral. Que nosotros, los que nos decimos “cristianos”, descubramos el mundo de la espiritualidad y el conocimiento interno de Dios como único camino para poder vivir los valores del Evangelio.
• Que sepamos atrevernos a descubrir la espiritualidad de la no violencia activa, en nuestra vida diaria y en el modo de responder a la dureza de los acontecimientos sociales, culturales y políticos en los que estamos inmersos.
• Que, en medio de tanto ruido y tantas voces que nos avasallan, sepamos vivir el silencio necesario, desprendernos de certezas y seguridades, y abrir los oídos interiores a los rumores de la presencia de Dios en la sociedad, en la calle, en nuestras viviendas y dentro de nuestro corazón.
Cambia, nuestra mirada Padre. Descúbrenos tu amor y tu gratuidad para podamos intentar acercarnos a lo que Jesús nos llama en su Evangelio.

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