14 febrero 2014

Reflexión: Ir más allá

Jesús no vino para eliminar de un plumazo todo lo que hasta ahora era lo normal, el “sentido común”... Jesús vino para enseñarnos a dar “un paso más”, más allá de lo que consideramos lo justo, lo legítimo, lo normal, lo establecido, lo “políticamente correcto”... Jesús nos ha abierto la mirada a la “lógica del don”, de la gratuidad, para ofrecernos una “finura en la mirada” que se transforma en el detalle que no está establecido de antemano. Es creatividad. Es sensibilidad. Otro modo de ver la realidad, donde no vale una ojeada superficial, “por encima”. sino que ahonda en la profunda realidad del ser y las personas, que nos abre al interrogante sobre cuál es lo justo o lo injusto. 

UN TEXTO 
“Lo advirtamos o no, todos aprendemos a vivir de nuestro entorno... Sin apenas darnos cuenta, esa “sabiduría convencional” nos va proporcionando los principios, valores y criterios de actuación que orientan nuestro estilo de vida. Este modo de funcionar no es algo propio de personas contadas. Es lo habitual. Incluso se puede decir que hacerse adulto significa para muchos interiorizar la “sabiduría convencional” que predomina den las sociedad.
(...) Frente a la “sabiduría convencional”, Jesús vive y enseña a vivir de una manera nueva y provocativa, modelada por valores diferentes: compasión, defensa de los últimos, servicio a los desvalidos, acogida incondicional, lucha por la dignidad de todo ser humano” (J.A. Pagola, El camino abierto por Jesús. Lucas”, Ed. PPC, Madrid 2012, págs. 98-99)
UN POEMA 
JESÚS NO DIJO: Esta mujer es frívola, necia, con la cabeza llena de pájaros. Está marcada por el atavismo moral y religioso de su ambiente.
ÉL DIJO: ¡Es una mujer! Él le pidió un vaso de agua e inició con ella una conversación. (Jn. 4, 1-42)
JESÚS NO DIJO: Aquí tenéis una pecadora pública, una prostituta enfangada para siempre en el vicio.
ÉL DIJO: Tiene más oportunidades de entrar en el Reino de Dios que aquellos que confían en sus riquezas o se amparan en su virtud y en su saber. (Lc. 7,36-49)
JESÚS NO DIJO: Es una adultera.
ÉL DIJO: Yo no te condeno. Vete y no peques más. (Jn. 8, 36)
JESÚS NO DIJO: Ésta que quiere tocar mi túnica es una histérica.
Él la escuchó, le habló y la curó. (Lc. 8, 43-48).
JESÚS NO DIJO: Esta vieja que echa unos céntimos en el cepillo del templo es una supersticiosa
ÉL DIJO que aquella viejecilla era formidable y que su desinterés merecía ser imitado. (Mc. 12, 41-44)
JESÚS NO DIJO: Estos niños no hacen más que tonterías.
ÉL DIJO: Dejadles que se acerquen a mí y procurad pareceros a ellos. (Mt. 19, 13-15)
JESÚS NO DIJO: Este hombre es un funcionario corrompido que se enriquece adulando a los ricos y oprimiendo a los pobres.
Él se convidó a su mesa y dejó claro que con Él había entrado la salvación en aquella casa. (Lc. 19,1-10)
JESÚS NO DIJO: Este centurión pertenece a las fuerzas de ocupación.
ÉL DIJO: No he visto tanta fe en Israel. (Lc. 7, 1-10)
JESÚS NO DIJO: Este sabio no tiene los pies en la tierra.
ÉL le abrió el camino para que volviese a nacer del Espíritu. (Jn. 3, 1-21)
JESÚS NO DIJO: Este individuo ha estado fuera de la ley.
ÉL LE DIJO: Hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lc. 23, 39-43)
JESÚS NO DIJO: Judas, me has traicionado.
ÉL LE BESÓ Y LE DIJO: Amigo, ¿con un beso me vendes? (Mt 26, 50)
JESÚS NO DIJO: Este fanfarrón me ha negado.
ÉL LE DIJO: Pedro, ¿me amas? (Jn. 21, 15-17)
JESÚS NO DIJO: Los sumos sacerdotes son unos jueces injustos, este rey es un títere, el procurador romano es un cobarde, esta multitud que vocifera contra mí es el populacho, estos soldados que me maltratan son una podredumbre.
ÉL DIJO: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen. (Lc. 23, 34)
JESÚS NO DIJO: “No hay nada en este chico”, ni “aquél no sirve para nada”.
Actualmente Él tampoco habría dicho: Este es un integrista, un progresista, uno de izquierdas, un facha, un descreído, un carca, un comunista.
Para Él nosotros, seamos como seamos y hagamos lo que hagamos, somos siempre queridos por Dios.
Nadie ha respetado tanto a los otros como Jesús.
Por eso es el Hijo único de Aquel que hace brillar el sol sobre buenos y malos. (Mt. 5, 48).
UN SÍMBOLO 
Unos prismáticos: nos ofrecen “otra mirada” que alcanza a ver más lejos, a ver los detalles que no observamos a primera vista, a ver la realidad más cercana y cambiar nuestra mirada para ver las cosas “de otra manera”, para “ir más allá”...

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