24 marzo 2014

Moniciones y peticiones para el 4º Domingo de Cuaresma, 30 marzo

Inicial. 

En nuestro camino hacia la Pascua, hoy la liturgia nos invita a la alegría, quizás porque en medio de la Cuaresma, vemos ya próximas en el horizonte las fiestas pascuales.

Las lecturas nos van a hablar de luz.  Luz para descubrir a Dios en nuestra vida y luz que los cristianos debemos ser para el mundo.  Vamos a pedir en esta Eucaristía que Dios aleje de nosotros la tiniebla, para poder contemplar el mundo con ojos limpios y luminosos, y que esa luz llegue también a nuestro corazón e ilumine nuestros sentimientos y nuestro obrar.


Primera Lectura.

El Señor nos dice por boca de su enviado, que el hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón.  Escuchamos cómo fue elegido y ungido David como rey, tan decisivo en la historia de Israel.

Segunda Lectura.

San Pablo nos recuerda que, por el bautismo hemos pasado de las tinieblas a la luz, y que, caminando como hijos de la luz, nuestros frutos han de ser la bondad, la justicia y la verdad.

Evangelio.

No hay ciego mayor que el que no quiere ver.  Jesús se presenta ante nosotros y se nos acerca como se acercó al ciego de nacimiento.  Dejemos que cure nuestra ceguera y podamos así ser luz y guía para otros.  
Recibimos la proclamación del Evangelio puestos de pie.

PETICIONES        

  • Por la Iglesia, para que viviendo en el camino de la luz, la manifieste al mundo con sus obras y palabras.  ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por los que gobiernan las naciones de la tierra, para que busquen siempre las obras de la luz y estén dispuestos a rechazar los frutos de las tinieblas.  ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por los que llevan la Luz de Cristo a los que no lo conocen, para que perseveren en medio de dificultades y adversidades y sean luz para la Iglesia y para el mundo.  ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por los enfermos y los que pasan momentos de dolor y dificultad.  ROGUEMOS AL SEÑOR   
  • Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía reavive nuestro sentimiento de bautizados y nos mueva a anunciar el Evangelio con nuestra vida.  ROGUEMOS AL SEÑOR

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