22 octubre 2014

Moniciones 2. Domingo 26 de octubre

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a la Eucaristía de este domingo 30 del Tiempo Ordinario. Hoy Jesús de Nazaret nos va hablar de amor por medio del Evangelio de Mateo. Y nos va a decir: que amemos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Jesús durante su paso por la tierra fue todo amor, porque Dios es Amor. Él, Maestro y Amigo, es la mano tendida al pobre, la compasión de los oprimidos, el sosiego de los que han perdido la esperanza, la salud a los enfermos que buscan en Él curación. Vamos a unirnos a Él, en nuestra Eucaristía, pidiéndole, alegremente que nos enseñe a amar y que nos haga misericordiosos. Así, de verdad, seremos felices siempre. Y ojalá sea esta la enseñanza que de esta Eucaristía marque nuestras vidas.






MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera lectura, procedente del Libro del Éxodo, ya se observa como el pueblo judío recibe la enseñanza de Dios de tratar bien al prójimo, incluso al forastero. Pero será Jesús quien dé universalidad a ese amor. Y es que las lecturas de hoy tienen una generosidad muy concreta, el amor; y nos expresan con la mayor claridad que, solamente cuando se ama de verdad al prójimo, existe en nuestro corazón el amor a Dios.

S.- El salmo 17, que proclamamos hoy, estaba atribuido –como muchos otros—al Rey David y se consideraba como un “Tedeum” regio hecho por David al Señor para agradecer su victoria sobre todos sus enemigos y, especialmente, sobre Saúl. Para nosotros hoy es un canto al Dios fuerte y misericordioso que nos acompaña en todos los pasos de nuestra vida.

2.- San Pablo en la segunda lectura nos pone como ejemplo la comunidad de Tesalónica, que se ha convertido en modelo para los demás creyentes. Y todo ello ha sido posible por dos motivos esenciales: ha acogido con gozo la Palabra de Dios, y ha sido capaz de convertirse. Y tal ejemplo, que iba siendo conocido, por las demás comunidades cristianas o no cristianas de ese tiempo, daba a la Palabra una nueva fuerza: había empezado a ser misionera.

3.- El cerco de los saduceos y fariseos a Jesús se refleja en los textos evangélicos de Mateo, leídos los domingos anteriores y entre ellos la trampa del denario. Hoy le quieren probar preguntándole cual es la doctrina fundamental. Y Él expone con lenguaje del Antiguo Testamento la doctrina del amor. Pues ella está incluida en la plegaria que los judíos rezaban todas las mañanas: “Escucha Israel amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón". Jesús creará además la religión del amor llevándola hasta el hecho difícil para la mentalidad humana de amar también a los enemigos.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Presentamos la plegaria final para nuestras eucaristía que siempre nos prepara con mucho amor el sacerdote navarro, don Javier Leoz.

¿CUÁL ES MI PRINCIPAL MANDAMIENTO, JESÚS?

Ayúdame, Señor, a  descubrirlo

A que, el único y  trascendente, sea brindar a Dios

mi existencia y mi  adoración, mis ilusiones y mis esperanzas,

mi compromiso y mis anhelos  de fraternidad

Ayúdame, Señor, a que tus  mandamientos sean los míos:

Que no sean sólo ley, sino  convencimiento

Que no sean letra impresa,  sino corazón abierto

Que te amen no por  obligación y sí por necesidad de Ti

Y ahora, Señor, respóndeme  lo que de antemano ya sé:

El amor a Dios empuja a  darse con el hermano

y, en el hermano, es donde  puedo también alcanzar

el amor divino que sale a mi  encuentro.

¡Gracias, Señor!

Exhortación de despedida

Jesús de Nazaret hoy nos ha enseñado que el amor de Dios es lo que hace posible la felicidad de todos los hombres y mujeres de todas las épocas y de todos los momentos. Hemos de tenerlo en cuenta.



MISA CON NIÑOS

Sección realizada por las catequistas de la Parroquia de San Francisco de El Altet, en Elche, Alicante, España, donde es párroco nuestro colaborador, don Pedro Juan Díaz Zaragoza.

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días a todos y bienvenidos a esta fiesta. En este domingo de celebración, Jesús nos dice que tenemos que actuar movidos únicamente por el amor a Dios y hacia los demás. Sólo el amor debe guiar nuestros actos, y sólo el amor puede justificar lo que hagamos en nuestro día a día. Vamos a empezar nuestra celebración con alegría y cantando.

PETICIONES DE PERDÓN

1. Por las veces en que no ayudamos a los pobres o a nuestros amigos. Por las veces en que nos peleamos en vez de ayudarnos. Señor, ten piedad.

2. Por las veces en que no nos comportamos como los verdaderos amigos de Jesús. Cristo, ten piedad.

3. Por las veces en que nos creemos mejores que los demás y discriminamos a los que no son como nosotros. Señor, ten piedad.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA

La primera lectura nos recuerda que Dios nos escucha a todos cuando le hablamos en la oración, pero que sus preferidos son los más pobres, los que más le necesitan, y que hay que ayudarles para que vean que Dios les quiere mucho. Escuchemos con atención.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Y EVANGELIO

En esta segunda lectura, San Pablo le escribe otra vez a los cristianos de una ciudad griega que se llamaba Tesalónica y les felicita por su fe y porque son un modelo para las demás comunidades.

Y Jesús nos recuerda en el Evangelio que no podemos decir que amamos a Dios si no lo demostramos con las demás personas. Estemos atentos a lo que Dios nos dice en estas lecturas.

PETICIONES

1. Por todos los que formamos la Iglesia, para que sea el amor y sólo el amor, el motor de nuestros actos hacia quienes nos necesitan. Roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes de todos los países, que se comprometieron a trabajar para que no haya pobres en nuestro mundo, para que lo cumplan. Roguemos al Señor.

3. Por las familias en las que falta el amor porque la realidad que viven les ha hecho perder la esperanza, para que tu amor hacia todos los hombres les haga recobrar la alegría de amar a los demás. Roguemos al Señor.

4. Por nosotros, niños y niñas de todo el mundo, para que el amor de Dios habite siempre entre nosotros, y sea él quien guíe nuestros actos de ayuda, perdón, comprensión y solidaridad. Roguemos al Señor.

5. Por todos los padres y mayores que habéis venido hoy a esta Misa, para que, con vuestro amor hacia nosotros, vuestros hijos, nos ayudéis a hacer una opción clara por Jesús de Nazaret y por su estilo de vida. Roguemos al Señor.

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