Domingo 4° de Adviento
1- Entrada:
Queridos chicos, ya estamos concluyendo el camino del Adviento. ¡El Señor ya viene! ¡Pronto será Navidad! Dejémonos guiar por María en este último tramo del camino. Cantemos con entusiasmo mientras recibimos a quien preside nuestra celebración.
(En muchos lugares se utiliza una corona con velas para ir marcando el ritmo de este tiempo de preparación. Cada domingo proponemos una oración para encender la vela correspondiente, que puede hacerse luego del saludo inicial).
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,
pensamos en ella, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.
nadie te esperó con más ansia,
con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
te sembraste en ella
como el grano de trigo se siembra en el surco.
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!
2- Liturgia de la Palabra:
¿Estamos preparados para recibir a Jesús? Dios preparó a María y ella le preparó su corazón y lo llevó en su vientre. Escuchemos la Palabra.
3- Oración de los fieles:
Elevemos, chicos, nuestras intenciones comunitarias, pidiéndole con fuerza: ¡ven, Señor Jesús!
- Por el Papa Francisco, para que con su sencillez, le siga anunciando a todo el mundo el amor de Dios y la alegría de la Navidad.
- Por nuestra patria, para que estas fiestas nos traigan nueva esperanza y encontremos el rumbo para ser un país mejor.
- Por nuestras familias, para que, como María, no tengamos miedo de recibir a Jesús en medio nuestro.
- Por los que andan perdidos, alejados de Dios, para que encuentren en esta cercana Navidad, el camino del amor, la verdad y el perdón.
4- Ofrendas:
Cantemos con entusiasmo y preparemos con amor el altar donde Jesús se hará presente por la consagración del Pan y el Vino.
5- Comunión:
Si nuestro corazón está preparado, acerquémonos a recibir a Jesús con el amor y la ternura de María, su Mamá.
6- Despedida:
Pronto nacerá el Señor, los pesebres están preparados, vayamos con el propósito de hacer de nuestra vida en estos días una cunita suave para el Niño Dios. Cantemos con alegría
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