22 abril 2015

IV Domingo de Pascua: Guión Litúrgico 2

CUARTO DOMINGO DE PASCUA (Ciclo B)
  1. Un Pastor con Corazón
  2. Yo Conozco a los Míos y los Míos Me Conocen
NOTA: El Domingo del Buen Pastor es también el Día Mundial de Oración por las Vocaciones. La Misa de hoy encaja muy bien con este tema. Los que quieran concentrarse hoy enteramente en el tema de las vocaciones podrían usar una Misa por las vocaciones, tomada de entre las Misas y lecturas para varias necesidades en el Sacramentario y en el Leccionario.

Saludo (Ver Primer Lectura)
No hay otro nombre por el que nos salvemos que el nombre de Jesucristo, crucificado, pero resucitado de entre los muertos.
Que Jesús, el Señor Resucitado,  esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante (Doble Opción)
  1. Un Pastor con Corazón
    Siempre esperamos que gente que está a cargo de otros, especialmente en tareas de liderazgo y servicio, como médicos, trabajadores sociales, sacerdotes y ministros sagrados, se dediquen responsablemente a los que confían en ellos. Los cristianos no tienen otro modelo que Jesús, el Buen Pastor. Él era todo corazón para con las personas, y estuvo dispuesto a ir tan lejos como hasta dar su vida por ellas. Todos los que tienen responsabilidad para con otros debieran ser como él: no fríos funcionarios, no gente que se contenta sólo con hacer su trabajo, sino, ya sean laicos o ministros ordenados, pastores -pastores con un corazón-, totalmente dedicados y comprometidos aun a costa de sí mismos. Y no olvidemos que todos tenemos confiado el cuidado mutuo, unos de otros como hermanos. Que Jesús, en medio de nosotros, nos inspire y nos guíe siempre..
  2. Yo Conozco a los Míos y los Míos Me Conocen a Mi.
    Nos sorprendemos gratamente cuando a la vuelta de muchos años alguien nos reconoce y nos llama por nuestro nombre. “¡Él / ella todavía me recuerda!”, decimos. Jesús nos asegura hoy: “Yo conozco a los míos, y los míos me conocen a mí”. Por medio de Jesús, que es uno de nosotros, Dios nos conoce y nos ama y nos llama hijos suyos. Con gratitud celebremos esta eucaristía con Jesús, nuestro Buen Pastor, que nos conoce y nos ama.
Acto Penitencial
Pidamos al Buen Pastor, Jesús, que nos perdone.
Él busca la oveja perdida y no la condena.
Confiamos en su amor y misericordia.
(Pausa)
  • Señor Jesús, nuestro Buen Pastor, tú entregaste tu vida por tus ovejas,  por todos los hombres a quienes viniste a salvar: R/. Señor, ten piedad de nosotros.
  • Cristo Jesús, nuestro Buen Pastor, tú conoces a tus ovejas, a toda tu gente, y los que te acogen también te conocen a ti: R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
  • Señor Jesús, nuestro Buen Pastor, tú tienes todavía otras ovejas que están fuera y quieres que se integren y pertenezcan a tu rebaño: R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, ven en nuestra búsqueda y otórganos a todos la paz de tu perdón y tu amor.
Y llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos para que Jesús sea el pastor de nuestras vidas.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Por su propia libre voluntad
Jesús entregó su vida por nosotros
para que viviéramos y nos salváramos.
Danos valor para escuchar su voz
y para seguirle en nuestro caminar hacia ti.
Que nosotros también 
sepamos reflejar el amor que nos ha mostrado,
preocupándonos los unos por los otros 
con la misma generosa amabilidad 
que él nos ha mostrado a nosotros.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Primera Lectura (Hch 4,8-12): Salvados en el Nombre de Jesús Resucitado
Pedro profesa sin miedo alguno su fe en Cristo Resucitado, en cuyo nombre ha curado de su discapacidad a un lisiado. Jesús es el nombre por el que todos nos salvamos. 

Segunda Lectura (1Jn 3,1-2): ¡Realmente Hijos de Dios!
Que somos hijos de Dios no es sólo un pensamiento bonito, sino la más profunda realidad, ya que estamos unidos a Jesús, Hijo querido de Dios. Solamente cuando veamos a Dios seremos capaces de entender esto.

Evangelio (Jn 10,11-18): Jesús, Nuestro Buen Pastor
La imagen de un Pastor y sus ovejas no es familiar para muchos de nosotros, pero podemos comprender esto: Jesús ha entregado su vida por nosotros; como nuestro Señor Resucitado nos conduce y nos une, no por la fuerza sino por conocimiento personal y por amor para cada uno de nosotros.

Oración de los Fieles 
Estamos salvados en el nombre de Jesús, nuestro Buen Pastor, que vive y ruega al Padre por nosotros. Con esta convicción digámosle: 
R/. Señor, guárdanos en tu amor.
  • Por todos los ministros de la Iglesia, para que cuiden a sus encomendados con generosa dedicación, siempre altruista, roguemos al Señor.
  • Por los líderes de las naciones y por todos los servidores públicos, para que pongan los intereses de sus encomendados por encima de su medro y ganancia personal y de su propio bienestar, roguemos al Señor.
  • Por todas las iglesias cristianas, para que trabajen sin descanso para llegar a ser un solo rebaño bajo el único Pastor, Jesucristo, roguemos al Señor.
  • Por los que todavía no conocen a Cristo, para que puedan encontrarlo y escuchar su voz a través de misioneros y de otras personas que hagan a Cristo visible por la forma como ellos reflejan Su vida, roguemos al Señor.
  • Por los abandonados, por las víctimas de injusticia y pobreza, y por todos los demás que sufren, para que se encuentren con hermanos dedicados y generosos, que les den esperanza y dirección, roguemos al Señor.
  • Por todas las comunidades cristianas, para que vivamos según creemos y así hagamos creíble el evangelio en nuestro tiempo, roguemos al Señor.
Señor Jesús, pastor y hermano nuestro, guárdanos en tu amor. Que te conozcamos siempre, y respondamos siempre a tu llamado, pues tú eres nuestro Señor por los siglos de los siglos.

Oración de Ofertorio
Señor Dios nuestro, Padre amoroso:
Tu Hijo Jesucristo entregó su vida por nosotros 
como Buen Pastor;
él se entregará de nuevo por nosotros 
en estos signos de pan y vino, en esta eucaristía.
Que reconozcamos su voz 
en el grito de nuestros prójimos en necesidad 
y les demos lo mejor de nosotros mismos 
como él hizo por nosotros,
porque él es Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.

Introducción a la Plegaria eucarística
    En la Plegaria Eucarística damos gracias a Dios por habernos hecho sus hijos e hijas por medio de Jesús, nuestro Buen Pastor, quien murió por nosotros para ser nuestra luz y nuestra vida. Sentimos una auténtica alegría diciéndole al Señor de corazón “¡Gracias!”

Introducción al Padrenuestro
Como hijas e hijos queridos de Dios
oramos a nuestro Padre
con la oración de Jesús, nuestro Buen Pastor.
R/. Padre nuestro…

Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males, 
ya que nos has dado a tu Hijo como nuestro Pastor,
para liberarnos del pecado y de la perturbación
y para unirnos a todos como tu pueblo.
Guárdanos en tu amor, 
mientras esperamos con gozo
la venida gloriosa de nuestro Salvador Jesucristo.

Al Partir el Pan
Jesús se dejó “romper” por nosotros
para que fuéramos uno en él.
Como él, nosotros también deberíamos “rompernos” 
y compartirnos a nosotros mismos
unos con otros.

Invitación a la Comunión
Éste es Jesús, el Buen Pastor,
que entregó su vida por nosotros
y que nos conoce por nuestro nombre.
Dichosos nosotros invitados a su mesa.
R/. Señor, no soy digno…

Oración después de la Comunión
Señor Dios, Padre amoroso:
Te damos gracias por el pan de sí mismo
que nuestro Buen Pastor nos ha dado
en esta eucaristía.
Que él sea la piedra angular, el fundamento,
sobre el que construyamos nuestras vidas
y tu reino en la tierra,
un reino de justicia y amor, de fraternidad y paz. 
Y que aprendamos de él
a vivir los unos para los otros.
Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.

Bendición
Hermanos: Dios nos ama. Estamos seguros de ello.
No somos extraños a él.
Él está cerca de nosotros en todo lo que hacemos. 
Que él nos dé la gracia de no ser extraños unos a otros; que seamos personas que nos edifiquemos mutuamente
con la bendición del Señor. 
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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