Domingo 3° de Adviento – (13
de diciembre de 2015)
1-
Entrada:
¡Queridos jóvenes,
alégrense en el Señor que está cerca, alégrense que ya viene! Comencemos este
tercer domingo de Adviento cantando con mucho entusiasmo pidiéndole a Jesús de
corazón que venga nuevamente, porque el mundo lo necesita.
Nota: se ha hecho común
en nuestra liturgia utilizar una corona de velas para marcar el ritmo del
Adviento. Les proponemos aquí una manera de encender la tercera vela. En el
guión para niños ofrecemos otra forma de hacerlo para que tengan dos opciones.
También pueden buscar más alternativas en internet.
Después
de venerar el altar y saludar a la asamblea, el sacerdote, desde la sede, dice:
Hermanos, San Pablo
nos invita a estar alegres en el Señor, ya que nuestro Redentor está cerca y
hacia Él dirigimos nuestra súplica antes de encender la tercera vela de la
corona del Adviento. Cristo aparece como la respuesta a nuestras búsquedas, la
respuesta plena. Juan dice que él no es el Mesías, y nos muestra a Aquél que es
el hombre perfecto. El encuentro con el Señor hace brotar la alegría en el
corazón: Avanzando hacia tu encuentro, Cristo Jesús, nos preparamos animados
por la palabra profética del santo Precursor, Juan el Bautista. Cuando estamos
muy cerca de la fiesta de tu Nacimiento, Señor Jesús, crece nuestra alegría
porque seguís con nosotros y no has dejado de hacerte presente a tu Iglesia
para cumplir la obra inmensa de la salvación del mundo. Te recibimos, sacerdote
eterno, en nuestra asamblea eucarística, Jesucristo, nuestro camino en la
verdad y hacia la vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/.
Amén.
Un
miembro de la asamblea enciende tres cirios de la corona del Adviento, mientras
puede cantarse otra estrofa del canto de entrada o “Vamos, cantando al señor;
él es nuestra alegría”. Sigue el acto penitencial.
2-
Liturgia de la Palabra:
Escuchemos con atención la
Palabra que nos invita a la alegría y nos señala los pasos de conversión que
debemos dar.
3-
Oración de los fieles:
Sabiendo que
tenemos un Dios cercano que viene a nuestro encuentro, digámosle: Señor,
alegra nuestro corazón y danos tu paz.
- Por la
Iglesia, para que en medio de tanta maldad que nos rodea, no se canse nunca de
proclamar la Buena Nueva de la Salvación.
- Por la
paz en el mundo, para que cese el terrorismo cruel, los odios inhumanos y las
guerras de todo tipo; y los pueblos se comprometan al respeto mutuo.
- Por
las distintas religiones, para que sean instrumentos de unión entre los hombres
y no excusas para la violencia y la devastación.
- Por
nuestro país, para que el nuevo presidente, las demás autoridades que han
asumido en estos días y cada uno de los ciudadanos nos comprometamos a trabajar
diariamente para vivir mejor.
- Por
los niños y los jóvenes, para que puedan gozar de la plena alegría del amor de
Dios.
4-
Ofrendas:
Llenos de alegría
por la cercanía del Señor, llevemos nuestras ofrendas al altar cantando.
5- Comunión:
Para gozar de la
verdadera alegría y saber qué tenemos que hacer en nuestra vida necesitamos de
Jesús. Por eso, nos acercamos ahora a recibirlo en la Comunión mientras
cantamos juntos.
6-
Despedida:
Queridos jóvenes,
va faltando poco para la Navidad, llevemos este mensaje de esperanza y alegría
al complicado mundo que nos rodea. Nos despedimos cantando.
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