12 diciembre 2015

III Domingo de Adviento. La misa del domingo

III Domingo de Adviento
13 de diciembre de 2015
Primera Lectura del libro del profeta Sofonías 3, 14–18a
“El que goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta”

Segunda Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 4–7
“El Señor está cerca”
Evangelio según san Lucas 3, 2b–3. 10–18
“¿Qué debemos hacer?”
Nos adentramos un paso más en este tiempo de adviento. Tiempo de espera y de preparación. Pero hoy tiene un matiz especial es el llamado “domingo de gaudete” o de la alegría. Se llama así por la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete, es decir, alegraos. Hoy se pide que la eucaristía tenga ese toque de alegría, pues ya está cerca al que esperamos. Ya empezamos a estar nerviosos, por decirlo de alguna manera. En esta fecha se permite la vestimenta color rosa como signo de gozo, en la corona de adviento se puede usar también una vela rosa.

Este puede ser el primer punto de la homilía de hoy, hablar de esa alegría contenida, como la ilusión del niño ante las fiestas que llegan. Se pueden tomar referencias de las dos primeras lecturas o del salmo.
● “Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén”. (Sofonías)
● Gritad jubilosos: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» (salmo)
● Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. (San Pablo).
Sin embargo esta alegría no es una alegría que embota mente y acción. Todo lo contrario nos predispone a comportarse de una determinada manera. Así lo expresaba Juan cuando anunciaba la venida del Mesías. Juan proclamaba que el Mesías está cerca. Ante este anuncio la gente le preguntaba: “¿Qué debemos hacer entonces?”. Esta pregunta es una actitud fundamental en este tiempo de adviento. Nuestras calles ya están iluminadas, las familias casi organizadas para las fiestas, los menús casi a punto. Ya se respira ilusión, alegría y Navidad. Sin embargo para nosotros la Navidad nos ayuda a cambiar de vida pues sabemos que lo que celebramos es algo muy grande. Por tanto no se trata solo de “cantar la alegría” sino también de predisponer nuestro corazón, y esto se manifiesta con obras.
Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer? Juan nos da la respuesta:
  • Compartir: El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto. Ante la pregunta de la gente común, Juan responde: sed solidarios… a veces actuamos como solitarios y no como solidarios. El amor del Dios que nos viene es un amor expansivo y que se multiplica. Compartir los bienes que tengo con los más desfavorecidos significa ponerme a la altura de aquel que me ha creado a su imagen y semejanza; si estoy lleno de Dios, actúo como Dios, es decir, mando generosamente a los demás.
  • Justicia: “No exijas más de lo estipulado”. Los publicanos eran los cobradores de impuestos a favor de los romanos de quienes recibían el derecho a recoger las contribuciones y estaban mal vistos entre los judíos, quienes los consideraban una especie de traidores. Juan pide un mínimo de justicia: cobrad lo que los romanos dicen, pero no cobréis de más para haceros ricos. En estos últimos años cuántas situaciones como ésta hemos visto; desahucios, deuda externa, intereses abusivos,… miles de familias en nuestro país viviendo o sobrepasando el umbral de la pobreza. Un mundo más justo llama a nuestra puerta y nosotros tenemos la llave, y con ella una responsabilidad.
  • Equidad: Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué debemos hacer?”. Juan responde: “No extorsionen, no hagan falsas denuncias ni sobornen. Lo hemos visto mil veces, el poder llama a la corrupción. Pero no sólo en los políticos ¿cuántos de nosotros no hemos hecho una pequeña trampa con hacienda o nos hemos ahorrado el IVA? ¿quién no ha usado una situación de poder para aparentar o estar por encima de otros? Juan nos da un buen consejo; no busquéis enriquecernos, buscad servir. ¿De qué sirve el poder si no es para poder servir?
Como vemos el guión de la película de hoy está muy bien escrito, van apareciendo poco a poco los personajes; la gente normal, los publicanos y los soldados. Cada uno hace su pregunta y para cada uno hay respuesta. La salvación que nos viene es Universal y llena TODA nuestras existencia. Cualquiera de estas preguntas tiene cabida en nuestras vidas y es bueno que le demos respuesta en este adviento
Para la reflexión semanal:
  • ¿Qué representan en mi vida las dos túnicas, es decir, qué tengo para compartir?
  • Juan responde a cada uno según la tarea que desempeña. Desde mi lugar, tarea o trabajo, ¿qué es lo que debo hacer?
  • ¿Vivo el adviento como alegría o como una carga?
@jotallorente

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