28 febrero 2015

Celebrando la Palabra de Dios con niños: II Domingo Cuaresma



Jugando también se aprende: II Domingo Cuaresma



Misa con niños: II Domingo de Cuaresma

Acogida
  Hermanos y hermanas:
Bienvenidos a celebrar la Eucaristía. Seguimos preparándonos para celebrar bien la muerte y resurrección de Jesús. En este 2º domingo de Cuaresma, Jesús sube con Pedro, Santiago y Juan al monte Tabor donde se transfigura delante de ellos. Jesús quiere decirnos que encontrarnos con él en la oración es lo más importante, que quiere acompañarnos en las dificultades y cruces de la vida y que hay que vivir lo que celebramos en su templo cada domingo. Que hoy y ahora nos sintamos con Jesús en el Tabor de la  Eucaristía y que acojamos las palabras del Padre: “Este es mi hijo, mi amado, escuchadlo”. (Se podrían colocar en el presbiterio biblias diferentes y esta última frase).

Perdón
Antes de compartir la Palabra y el Pan, reconocemos con humildad que necesitamos el perdón de Dios y de los hermanos.
-Tú que conoces la dureza de nuestro corazón, que estamos necesitados de conversión. Señor, ten piedad.
-Tú que quieres acompañarnos y darnos fortaleza en las cruces y dificultades de la vida. Cristo, ten piedad.
- Tú que conoces nuestra falta de oración, de escucha de tu Palabra. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas
La 1ª lectura sigue mostrándonos los momentos principales de la historia del pueblo de Dios, en clave de alianza o pacto que Dios hace con su pueblo. Hoy escuchamos la alianza de Dios con Abraham, el hombre siempre fiel a Dios, el padre de los creyentes. San Palo nos recuerda que Jesucristo nos ha traído la salvación y la vida para siempre. Y en el evangelio de la transfiguración descubrimos en Jesús toda la luz, toda la grandeza y toda la fuerza de Dios. Acerquémonos a él y sigámosle.

Guión litúrgico Domingo II de Cuaresma – Ciclo B

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Guión litúrgico Domingo II de Cuaresma

Comentario al Evangelio de hoy, 28 febrero

Dos palabras del evangelio de este día me dan que pensar: 
* La primera «extraordinario».
            La cultura en que habitamos se empeña en hacernos «normales», como todo el mundo. En que nos adaptemos a la realidad, en que no desentonemos. Y, si acaso, para disimular y compensar un poco es profundo deseo que todos tenemos de ser originales y distintos, nos invitan a ser «originales» por medio de un tatuaje, de una ropa «distinta» (fabricada en serie, claro), ir a sitios originales (que dejan de serlo cuando nos los anuncian), o probar cosas nuevas, especialmente en el caso de los jóvenes, ir de «raritos» («hipster» se llaman). Pero las propuestas son todassuperficiales: ser originales «por fuera» o simplemente llamar la atención.
         Y esto se contagia también a la espiritualidad y al seguimiento de Jesús. Si alguien nos observara con una cámara oculta, sin saber nada de nosotros, ¿podría «adivinar» (dejando al margen los tiempos de oración y de culto) que somos cristianos? ¿que vivimos de un modo diferente y alternativo? 
         No estoy pensando en que se nos note por ciertos temas, manías y obsesiones que van contracorriente, pero que provocan espontáneamente rechazo y que son poco «contagiosos». No: estoy pensando en un modo de estar, ser y vivir que se salga «por arriba» de los mínimos con los que se conforma la mayoría. Un modo de estar, ser y vivir que cuestione: se puede ser de otra manera, y feliz, y de paso... cambiar el mundo gris en que nos movemos (ser sal, ser luz, ser levadura...).
       Por ejemplo: una austeridad vivida con alegría, la disponibilidad para ir más allá de lo obligatorio en nuestras responsabilidades, la serenidad interior en medio de tantas crispaciones, el tratar con naturalidad y acoger y compartir con los «distintos», el no callarse ni mirar para otro lado cuando hay que defender la justicia o denunciar corrupciones, saber divertirnos sin perder los papeles o malgastar los dineros, que....

Evangelio del día, 28 febrero


Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»

Palabra del Señor

27 febrero 2015

Viernes I de Cuaresma

Ezequiel 18,21-28. Durante mucho tiempo, Israel tuvo una visión comunitaria del ser y del devenir del individuo. El Israelita sólo existía en función del grupo social al que pertenecía. Si un miembro de la comunidad pecaba, todo el pueblo era solidariamente responsable.
Con Jeremías, la noción de personalismo penetra en la enseñanza profética. A los exiliados, que tenían la impresión de pagar por el pecado de sus antepasados, les anuncia la abolición de los castigos colectivos. «Pues el que muera, será por su propia culpa, y tendrá dentera el que coma los agraces» (31,30). De hecho, Jeremías tuvo predecesores entre los sacerdotes: cuando un grupo de peregrinos subía al Templo, un sacerdote examinaba el comportamiento pasado de cada uno de ellos. El sacerdote tenía poder para admitir o no a la liturgia.
Ezequiel va más lejos. Separa totalmente al individuo del destino de la nación, y afirma que cada hombre es tratado según su comportamiento personal. Insiste en la eficacia de la conversión. Yahvé no mantiene al hombre en su pecado, sino que le abre un futuro. Si el malvado se convierte, entrará en la vida.
Del tipo de los salmos de súplica individual, el salmo 129 es un canto que hacían los peregrinos que subían a Jerusalén. La liturgia cristiana lo ha retomado como «salmo de penitencia», y también de esperanza y vigilia.
Mateo 5,20-26. «Se dijo (Dios dijo)… Pero yo os digo». ¿Se oponía Jesús a Dios? No a Dios, sino a la interpretación que los escribas hacían de la Ley. De hecho, Jesús va más lejos que las escuelas rabínicas de su tiempo: se sitúa al nivel del amor. A menudo, aferrarse a la ley es condenarse a un mínimo sin vida. El mínimo no es el amor, es sólo su caricatura. El que se contenta con la justicia de los fariseos ya considerable— no ha descubierto aún el camino del Reino. La ley prohibía el homicidio, y Jesús condena la cólera. Además, no basta con expiar; también hay que reconciliarse con el hermano. ¿Cómo presentarse a la mesa de la reconciliación si el corazón sigue lleno de resentimientos? El Reino de Dios está ahí Cuando llegue el Juez, no hay que estar enfadado con el hermano.
El pueblo de Dios es un pueblo de hombres. «No sois vosotros quienes me habéis escogido, dice el Dios de la alianza, soy yo quien os ha elegido». El pueblo santo es fruto de la gracia de Dios, y si Dios hace una alianza con el hombre, es para que la vida abunde en el hombre, su criatura. «¿Es que deseo la muerte del malvado, dice el Señor?». Dios quiere la vida.

¡¡¡YA ESTÁ AQUÍ!!! CAMPAMENTO DE VERANO 2015



Eucaristía de la Familia, 1 marzo



El domingo 1 de marzo se llevará a cabo la Eucaristía de la Familia correspondiente al mes de marzo. Será a las 12,00 horas en la Cripta.

Animamos a todas las familias con niños a que acudan a la Eucaristía, estén los peques o no en Catequesis...¡¡Animaos!!

Tras la finalización de la misma, se proyectará el vídeo de la Acampada Navideña 2014.

Liturgia, 27 febrero

I de Cuaresma
Morado
 
Antífona de entrada         cf. Sal 24, 17-18
Señor, alivia las angustias de mi corazón. Mira mi aflicción y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.
Oración colecta    
Señor, concede a tus fieles disponerse convenientemente a la celebración de la Pascua, para que el esfuerzo de la mortificación corporal los lleve a una verdadera renovación en el espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Lectura         Ez 18, 21-28
Lectura de la profecía de Ezequiel.
Así habla el Señor Dios: Si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, seguramente vivirá, y no morirá. Ninguna de las ofensas que haya cometido le será recordada: A causa de la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso deseo yo la muerte del pecador –oráculo del Señor– y no que se convierta de su mala conducta y viva? Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna de las obras justas que haya hecho será recordada: A causa de la infidelidad y del pecado que ha cometido, morirá. Ustedes dirán: “El proceder del Señor no es correcto”. Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su vida. Él ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas que había cometido: Por eso, seguramente vivirá, y no morirá.
Palabra de Dios.
Comentario
En el dinamismo de nuestra existencia terrenal, todos podemos cambiar. Por eso, nosotros no podemos condenar a nadie, porque el más grande pecador puede arrepentirse y volver a Dios. Y, por otro lado, debemos pedir al Espíritu Santo que nos mantenga en la fidelidad, para que ninguna tentación nos haga caer en el pecado.

 

Salmo 129, 1-8

R. Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir?

Desde lo más profundo te invoco, Señor. ¡Señor, oye mi voz! Estén tus oídos atentos al clamor de mi plegaria. R.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir? Pero en ti se encuentra el perdón, para que seas temido. R.
Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. Mi alma espera al Señor, más que el centinela la aurora. R.
Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Señor, porque en él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia: Él redimirá a Israel de todos sus pecados. R.
Versículo     Ez 18, 31
“Arrojen lejos de ustedes todas las rebeldías, háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo”, dice el Señor.
Evangelio     Mt 5, 20-26

Comentario al Evangelio: El pecado que construimos entre todos




Cuando escribe el profeta Ezequiel, el pueblo se encuentra en el destierro, sin esperanza y desalentado bajo el peso de un castigo que considera inmerecido, al creer que están pagando por las culpas de sus padres. Israel tenía muy vivo el sentido de responsabilidad colectiva del pecado: el pecado de los otros, de los míos, es también mi pecado. Y ante tal situación, Ezequiel recoge y subraya el pensamiento del profeta Jeremías: hay un pecado personal, es decir, cada uno es responsable de sus acciones en primera persona. Cada uno decide su propio destino con su comportamiento. Fue un gran avance teológico, y una ayuda esencial para vivir con esperanza aquella situación difícil, saliendo de la pasividad y la desesperanza.

      Quizá en nuestras circunstancias actuales de globalización, al mismo tiempo que se da un marcado sentido del individualismo, convendría recuperar y subrayar la dimensión comunitaria del pecado, y lo que se han llamado «las estructuras de pecado».
         A muchos hermanos les cuesta comprender por qué para pedir perdón a Dios, hay que contar con la mediación comunitaria o con un sacerdote. Ven el tema como un «asunto privado» que no afecta para nada a los demás: entre Dios y yo, y ya está. 
          + Pero, por una parte, el mismo Jesús nos dice que no es posible el encuentro con Dios (la «ofrenda», la oración, la Eucaristía, la limosna, etc), si no ha habido primero una reconciliación con el hermano al que he ofendido, o incluso que se ha sentido ofendido, aunque yo no lo pretendiera (si tiene algo contra ti...).
          + Por otra parte, todo lo que signifique falta de exigencia personal, no ser fiel, transigir con actitudes lejanas al Evangelio, aunque no afectaran directamente al hermano (cosa difícil), contribuyen a la falta de testimonio, a oscurecer la santidad de la Comunidad, a fomentar la mediocridad y a «privatizar» el seguimiento de Jesús. Necesitamos la ayuda y el estímulo de los otros, y tenemos la responsabilidad de ser luz y sal. Mis pecados, por muy íntimos que sean, manchan la santidad de la Iglesia, y salpican casi siempre a los hermanos.

         Al mismo tiempo, formamos parte de una sociedad que vive unas claves que no contribuyen para nada a la fraternidad, a la justicia (cinco veces se repite esta palabra en el breve pasaje de Ezequiel), a la paz. Unas claves que son «contagiosas» y de las que fácilmente participamos todos: el consumo irresponsable, la destrucción de la naturaleza, la absolutización de la economía por encima de la persona, la marginación/descarte de los más débiles, la superficialidad de nuestras relaciones, la corrupción y el desprestigio de los cargos y responsabilidades públicas, el uso de dinero negro, etc... Ante las que parece que nada se puede hacer. Y es que «todos son iguales», «no tiene remedio», es «lo normal, lo hace todo el mundo»...

Evangelio del día 28 febrero



Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Palabra del Señor

26 febrero 2015

Jueves I de Cuaresma

La oración de petición tiene tan mala
 prensa… Sin embargo, es de rancio abolengo, pues la mayor parte de los salmos son oraciones de súplica. Los salmos son una verdadera escuela de oración, una oración viva que tonifica, que expresa el fondo del corazón del hombre, con sus luces y sus sombras. Cantan la bondad del hombre, su necesidad de ternura, su queja, incluso sus gritos de venganza. Sí, muchos salmos son un grito, una protesta, una pregunta. «¿Por qué duermes, Señor? ¿Hasta cuándo estarás irritado contra nosotros?». Es el grito del hombre que no acepta que todo se le venga encima por una supuesta voluntad de Dios. Grito del hombre frente al silencio de Dios.
Pero, si el fiel puede gritar así a Dios, es porque ha experimentado que Dios está de acuerdo con él. A través de la historia de la comunidad, a través de su propia historia, ha comprobado la fidelidad de Dios. La última palabra de los salmos es la confianza. De este modo, la oración de Esther apela a la justicia de Dios, y recuerda también que la fidelidad divina se manifiesta en la historia de los creyentes.
El salmo 137 es un salmo de acción de gracias individual. Expresa el reconocimiento del hombre por el favor obtenido. Mezclado con la acción de gracias propiamente dicha, está el recuerdo de la angustia en que se encontró el hombre fiel.
Mateo 7,7-12. Jesús no rechazó el grito de los hombres ni desdeñó la oración de petición. ¿Quizá la orientó de otro modo? Hacia la realización del sueño de Dios sobre la humanidad… Pero él está cerca de los pequeños, de los pobres, de los que sólo tienen sufrimiento y queja. Oró al Padre para que no desfalleciese la fe de sus discípulos. Pidió a su Padre el perdón de los enemigos.
(Las traducciones de Mt 7,7 expresan mal la respuesta a la oración. Hay que entender el «Pedid y Dios os dará… Llamad y Dios os abrirá».

DNI para la Cuaresma

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Liturgia 26 de febrero

I de Cuaresma
Morado
 
Antífona de entrada         Sal 5, 2-3
Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos; oye mi clamor, mi Rey y mi Dios.
Oración colecta     
Concédenos, Padre, pensar siempre con rectitud y obrar con diligencia; y ya que no podemos existir sin ti, danos la gracia de vivir según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Lectura         Est 3, 6; 4, 11-12. 14-16. 23-25
Lectura del libro de Ester.
El rey de Persia firmó un decreto, ordenando que todos los judíos fueran exterminados del país por la espada. Al enterarse, todo Israel clamaba con todas sus fuerzas, porque veían que su muerte era inminente. La reina Ester, presa de una angustia mortal, también buscó refugio en el Señor. Luego oró al Señor, Dios de Israel, diciendo: “¡Señor mío, nuestro Rey, tú eres el único! Ven a socorrerme, porque estoy sola, no tengo otra ayuda fuera de ti y estoy expuesta al peligro. Yo aprendí desde mi infancia, en mi familia paterna, que tú, Señor, elegiste a Israel entre todos los pueblos, y a nuestros padres entre todos sus antepasados, para que fueran tu herencia eternamente. ¡Y tú has hecho por ellos lo que habías prometido. ¡Acuérdate, Señor, y manifiéstate en el momento de nuestra aflicción! Y a mí, dame valor, Rey de los dioses y Señor de todos los que tienen autoridad. Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante del león, y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con él y con sus partidarios. ¡Líbranos de ellos con tu mano y ven a socorrerme, porque estoy sola, y no tengo a nadie fuera de ti, Señor! Tú, que lo conoces todo”.
Palabra de Dios.
Comentario
La oración de Ester es modelo de aquellos que ponen toda su confianza en Dios. Ella sabe que Dios es el sostén en los momentos de peligro. A él le pide asistencia y sabiduría. Repitamos con fe esta oración de esta reina cuando debamos encontrar solución a situaciones difíciles.

Salmo 137, 1-3. 7c-8

R. ¡Me respondiste cada vez que te invoqué, Señor!

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo. R.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R.
Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos! R.
Versículo     Sal 50, 12a. 14a
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y devuélveme la alegría de tu salvación.

Comentario al Evangelio de hoy, 26 febrero

Enrique Martinez, cmf

MENDIGOS ANTE DIOS


 

Orar es pedir, buscar, llamar a la puerta.

De día y de noche. Sin cansarse nunca.
Siempre hay que orar, y hasta tal punto que la oración se convierte en un estado, y no sólo en una práctica ocasional.
Orar es un modo de ser delante de Dios y de los hombres. 
Parecía joven, vestida de arriba abajo con un pañolón oscuro, que ceñía y delineaba su cabeza. Al caerle en punta por detrás, continuaba la curva de la espalda, apoyada contra la pared. Estaba sentada cerca de una tienda de productos cosméticos, en la Puerta del Sol de Madrid. Era una ausencia calculada, mientras la gente iba y venía, sin saber apreciar la belleza de aquellapostura. Sumergida, en cuclillas; su cabeza, levemente inclinada, casi tocaba sus rodillas. 
En la mano derecha delgada y alargada, quemada por los mil soles invisibles, compañeros de la raza gitana, sostenía un vaso de plástico, verde claro. Lo sostenía desde el fondo, con levedad y gracia. La mano y el vaso apoyados, dejados, sobre una de las rodillas levantadas. Pedía limosna. El gesto bien diseñado suplía las palabras. 
Era una metáfora del pobre que pide; mejor, de la pobreza que se muestra, sin la desmesura desgarrada del exhibicionismo, y con la sencillez del gesto silencioso. El vaso verde, prominente y sostenido con levedad, componía una situación y una actitud salida de las raíces del alma, mansamente, sin ira. Era una intimidad a la intemperie. 
La miré por última vez, antes de parecer indiscreto. Me pareció la lámpara vieja de una casa señorial, donde una joven de bronce oscuro, sostiene en la cuenca de la mano, una lámpara encendida. Aquí era un vaso, pero ¿no era lo mismo? 
¡Bella imagen del orante!: ‘ante Dios, con un vaso vacío…’ 

Evangelio del día 26 de febrero


Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.»

Palabra del Señor

24 febrero 2015

Recursos II Domingo Cuaresma, 1 marzo

II Domingo de Cuaresma: Guión Litúrgico 1

II Domingo de Cuaresma, 1 marzo: Guión Litúrgico 2


II Domingo de Cuaresma, 1 marzo: Moniciones 1

II Domingo de Cuaresma, 1 marzo: Moniciones 2

II Domingo Cuaresma: Moniciones 3







II Domingo Cuaresma: Moniciones




MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid, hermanos y hermanas, nuestra más cordial bienvenida en el inicio de la Liturgia de este Segundo Domingo de Cuaresma. Vamos a asistir, junto a Pedro, a Santiago y a Juan, a la Transfiguración. La Transfiguración del Señor es un mensaje de esperanza para todos, entonces los fue para los apóstoles, ante la inminencia de la Pasión, Muerte y Gloria de Jesús. Pero ellos, en ese momento, no supieron comprender tal signo. Y a nosotros nos puede ocurrir lo mismo: pensar que la Transfiguración es sólo un recuerdo del pasado. Pero es el mensaje que nuestro Maestro nos da hoy, aquí y ahora… en este domingo primero del mes de marzo Y es uno más de los muchos que recibiremos dentro de esta cuaresma, tiempo de conversión y de amor. No hemos de desaprovechar ni un minuto de nuestro tiempo para encontrar ese camino de verdad y de vida. Se trata de no perder la menor oportunidad para santificarnos siguiendo los pasos del Señor Jesús. Y a la espera de su gloriosa Resurrección.



MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La fe de Abrahán era completa, total. Obedecía a Dios por encima de cualquier duda. Es muy fuerte disponerse a sacrificar –a degollar—a su único hijo porque Dios se lo ha mandado. Por Abrahán no puso reparos. Dios –claro está—no iba a permitir ese sacrificio. Era una prueba. Todos vivimos pruebas, algunas muy sencillas o fáciles; otros, mas duras o complicadas. Pero hemos de obedecer a Dios en todo momento porque Él sabe que es lo mejor para nosotros. Esta primera lectura, del capítulo 22 del Génesis, es toda una enseñanza de enorme importancia.

S.- La referencia del Salmo 115 que proclamamos hoy es el Salmo 116 que los judíos utilizaban como uno solo, mientras que la Vulgata y la Biblia griega de “los Setenta” los transformaba en dos. En realidad son distintos según su texto. Pero lo de menos es su construcción literaria original. Lo importante es que tanto nosotros, como los hombres y mujeres que nos precedieron, elevan con los versículos de este salmo la confianza en Dios, en su apoyo y en su justicia. Eso es lo importante.

2.- En el fragmento de la Carta de San Pablo a los Romanos –que es nuestra segunda lectura—Pablo corrobora algo que nos después nos va a decir el Evangelio. Dios permitirá la muerte de su Hijo para la salvación de todos. Y el mensaje de esperanza para los Apóstoles es precisamente ese trozo de gloria que verían en lo alto del monte.

II Domingo Cuaresma: Oración de los Fieles 6



SEÑOR, AYÚDANOS A CAMINAR

Oremos a Dios Padre con ilusión y amor para que nos acompañe en este camino ascendente que es la Cuaresma y atienda las peticiones que con fe le hacemos. Respondamos todos unidos:

R.- SEÑOR, AYÚDANOS A CAMINAR.

1. – Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes y todos aquellos que dedican su vida a mostrarnos el camino, que el Señor En este camino que es la Cuaresma, hay veces que nos resulta más difícil seguir los caminos del Señor. Así, pues le pedimos: los ilumine siempre para que sean luz y guía para su pueblo.

OREMOS

2. – Por los dirigentes de las naciones para que encuentren entre ellos caminos de unión y colaboración, para el mutuo enriquecimiento de sus pueblos.

OREMOS

3.- Por los países hermanos de Hispanoamérica en esta jornada del Conferencia Episcopal Española dedicada a los pueblos de esas naciones tan unidas a España por la fe en Cristo

OREMOS

4. – Por los que sufren a causa de la enfermedad propia o de seres queridos para que el Señor les asista y encuentren siempre una palabra de esperanza en su camino.

OREMOS

5. – Por todos aquellos que pasan necesidad para que encuentren en los demás una mano que les socorra.

OREMOS

6.– Por todos los periodistas y reporteros para que sea su vida un ejemplo de profesionalidad y servicio dedicado a la verdad.

OREMOS

7. – Por todos los cristianos que celebramos este tiempo sagrado de la Cuaresma, y en especial, a nosotros, presentes en esta Eucaristía dominical, para que este camino nos ayude a ver a los demás como hermanos y nos acerque a la unión de todos los seguidores de Cristo.

OREMOS

Señor, ante tu transfiguración nuestra alma está presta a seguirte, ayúdanos para que esta presteza continúe en los momentos más difíciles. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor

Amen.

II Domingo Cuaresma: Oración de los Fieles 5



PADRE, QUE NOS GUÍE LA LUZ DE TU GLORIA

Jesús ha mostrado hoy su Gloria. Cristo da plenitud a todo el Antiguo Testamento y nos lleva al Padre. Hoy pedimos a través de Él, que no nos cieguen los reflejos de este mundo y vivamos siempre guiados por la luz de la Transfiguración. Hoy repetimos

R.- PADRE, QUE NOS GUÍE LA LUZ DE TU GLORIA.

1.- Por el Papa y los obispos, para que como Pedro, Santiago y Juan, contemplen la dicha que nos espera y nos la hagan llegar por medio de su incansable predicación.

OREMOS

2.- Por los pueblos del mundo, para que aumente su fe en Cristo Salvador del mundo y aumente también la caridad entre unos y otros.

OREMOS

3.- Por los que predican a Cristo en tierras de misión, especialmente en las tierras de Hispanoamérica, para que lleven con claridad el mensaje de Amor y Cruz en sus palabras y obras.

OREMOS

4.- Por todos los que viven confundidos por otras voces y siguen otras sendas, para que descubran que el único camino que lleva a la resurrección es el camino de la Cruz.

OREMOS

5.- Por los países hermanos de Hispanoamérica en esta jornada del Conferencia Episcopal Española dedicada a los pueblos de esas naciones tan unidas a España por la fe en Cristo

OREMOS

6.- Por los enfermos, los necesitados, los que viven en soledad, para que sean atendidos con el amor y el respeto que merece cada hombre por ser hijo de Dios.

OREMOS

7.- Por los que celebramos esta Eucaristía, para que nuestro corazón se trasfigure con este alimento celestial y nos ayude en el día a día a perseverar en el amor a Dios y a los hermanos.

OREMOS

Padre, trasfigura nuestro corazón para que al finalizar la cuaresma podamos subir con tu Hijo camino del Calvario hacia la resurrección. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

II Domingo de Cuaresma: Misa familiar




Misa Familiar 

(Misa con niños, catequistas y padres) 
Prepara: Javier Leoz

*Objetivo: Descubrir que, el camino de Jesús, también es un camino con cruz

*Idea: Sólo teniendo experiencia del Señor, podremos hacer frente a las dificultades

1. MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos, en este 2º domingo de la Cuaresma, a seguir los pasos de Jesús.

¡Qué importante es que le escuchemos! ¡Qué importante que pongamos nuestros ojos en El!

La Iglesia, la Eucaristía de cada domingo, la Palabra de Dios, la catequesis y otras tantas cosas, son como montañas desde las cuales contemplamos la Gloria de Dios: “tú eres mi hijo amado, escúchame”.

Demos gracias a Dios por estar aquí. Y, sobre todo, porque en Jesús encontramos un modelo para alcanzar la meta de nuestra alegría y vida cristiana.

Nos ponemos de pie e iniciamos esta celebración.

2. PENITENCIAL

2.1. Tú nos invitas a separarnos un poco del mundo para encontrar la fuerza que viene de Dios. Señor, ten piedad

2.2. Tú, Jesús, nos enseñas que –lo que en la vida merece la pena- hay que conquistarlo con esfuerzo y sacrificio. Cristo, ten piedad

Hoy es martes I de Cuaresma

DIOS ES DIOS
Isaías 55,10-11. Con el capítulo 55 concluyen los oráculos del Segundo Isaías. Emparentado con la corriente deuteronómica, retoma diferentes temas del comienzo del libro, como, por ejemplo, el anuncio del nuevo éxodo.
En los versículos 10-11, la palabra divina es personificada y anuncia al Verbo, que, en Jesucristo, visitará la tierra. Pero la comparación trata sobre la eficacia de esta palabra. La palabra de Yahvé no retorna sin haber dado fruto: no es como la lluvia que cae del cielo y vuelve a él. ¿Qué prueba más patente se puede dar al anunciar el fin inminente del exilio? ¿No es lo que había dicho el profeta Jeremías: «Esto es lo que dice el Señor: Cuando se cumplan setenta años en Babilonia, me ocuparé de vosotros, os cumpliré mis promesas trayéndoos de nuevo a este lugar» (Jr 29,10)?
El salmo 33 es un salmo alfabético. Si los versículos 10-23 contienen una enseñanza de tipo sapiencial, los primeros versículos tienen relación con el género de la acción de gracias. En efecto, encontramos en ellos, además de la expresión de los motivos de la confianza, el recuerdo de la oración dirigida a Yahvé y la consiguiente acogida.
Mateo 6,7-15. Los paganos creen poder presionar a la divinidad haciendo largas plegarias. Por el contrario, la oración de los discípulos de Jesús se distingue por su gran sencillez.
Dirigido al Padre, el «Padre nuestro» muestra la esperanza de los hijos de Dios. El aparente triunfo del mal no impide a los discípulos implorar la revelación de la soberanía divina. ¡Que llegue el día en que la trascendencia del nombre de Dios sea reconocida por todos! Las peticiones del «pan de mañana» (Jeremías) y del perdón de nuestras faltas anticipan también la venida del Reino. «Danos hoy el pan de mañana, perdónanos nuestras faltas». ¡Que actúen ya hoy en nuestra vida las fuerzas del Reino: el pan de la vida y el perdón de Dios! La última petición no trata de las tentaciones de cada día, sino de la gran prueba que amenaza a todo discípulo: la de dudar del Maestro, la de renegar de él, como Pedro renegó de Jesús en el momento de la catástrofe.

Dios no es sordo. Dios no está cansado. ¡No hemos de multiplicar ante él las oraciones para conseguir nuestro empeño! Nuestro Dios no es un ídolo. Aunque hay que orar sin descanso, la oración del cristiano es, ante todo, un acto de fe para con Dios, que nos habló primero. ¡Y de qué manera! ¡En su hijo Jesús nos lo ha dado todo! ¡Su palabra es más eficaz que la lluvia que cae sobre tierra buena, ya que de nuestra tierra ha brotado el Salvador! Somos los hijos del Padre de los cielos: que nuestra oración no contradiga lo que somos…
Demasiados cristianos dicen el Padre nuestro como si, a fuerza de repetirlo, se fueran a realizar sus peticiones: «¡Venga a nosotros tu reino… y que nosotros pongamos de nuestra cosecha para que no tarde demasiado!» ¡No! Dios es Dios, y no nos ha esperado para manifestar su Reino: ¡resucitó a Jesús! Entonces, ¿para qué orar? Pues porque la presencia de Dios en nuestra tierra es una cosa tan grande que no podemos dejar de repetirla. Decimos también: «¡Venga tu Reino!» y «¡Bendito sea tu Reino que llega!». El Reino de Dios, si está aquí, está escondido, y sólo se deja ver por los que miran al mundo con «ojos nuevos», con «corazón nuevo». Tenemos que orar para que esa mirada se agudice y para someter nuestro corazón a la transparencia del Espíritu.
Por eso, quien ora sin perdonar habla en el vacío. No ha pasado al mundo nuevo, no sabe que, en Jesucristo, Dios le ha perdonado todas sus ofensas. Y se obstina en no perdonar… La única oración que Dios escucha es el grito de la fe.

La música, II Domingo de Cuaresma

«ÉSTE ES MI HIJO, EL AMADO; ESCUCHADLO»
“Señor, te reconocemos
y tu Palabra escuchamos,
tus caminos seguiremos
y tu ley de amor cantamos”
(Nos has llamado al desierto)
Ambientación musical. “Attende, Domine”1 en Momentos de Paz-16.
En la soledad del desierto o del Tabor entramos dentro de nosotros mismos sin máscaras ni engaños. En el silencio, Dios nos habla y nos descubre el sentido de la vida en todo su dinamismo peregrinante. Hemos de vivir ligeros de equipaje, dispuestos siempre a levantar la tienda como quien atraviesa el de- sierto con sus inclemencias, inseguridades y peligros. Pero Dios va con nosotros. Y la luz de la Pascua, en la que todo florece, ilumina y alienta nuestro caminar.
Canto de entrada: “Haz brillar sobre nosotros” CLN 714; ”Sube a la montaña” en el CD Cristo libertador (SP). “Me invocará y lo escucharé” MD 331-1; CLN A 12.
Antífona responsorial (Salmo): ”Caminaré en presencia del Señor”; o bien con la antífona de J. A. Espinosa, más popularizada CLN. 534.
Santo: CLN I 3 (Manzano).
Comunión: Al acercarnos a la Mesa del Señor decimos, como Pedro en el Tabor, “qué bien se está aquí!”, y lo expresamos con el canto “Contemplad al Señor” CLN O 37: Contemplad al Señor y quedaréis radiantes. Gustad y ved, ¡qué bueno es el Señor!; o bien, “Tú eres el Dios que nos salva” MD 58; CLN 608.
Antonio Alcalde Fernández

Recursos para el Domingo II de Cuaresma

PASAR DEL PESIMISMO A… UNA MIRADA POSITIVA
La escena de Abraham puede parecer truculenta y salvaje. En el trasfondo estaban los sacrificios humanos a la divinidad, de las antiguas religiones. Dios rechaza semejante aberración. Y salva a Isaac, ofreciendo una alternativa positiva.
Dios no quiere la muerte, como dice el libro de la Sabiduría: “Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte ni el Abismo impera en la tierra. Porque la justicia es inmortal” (Sab 1,13).
Pero el amor, si es verdadero, puede llevar hasta la entrega de la vida y recuperarla en otra dimensión más honda, porque el amor “es más fuerte que la muerte” y la traspasa dándole a ella misma su propia muerte.
La negatividad, el pesimismo, es tan letal como el falso optimismo. Porque hay alternativa: la esperanza. Y ése es el anuncio de la “Transfiguración” que nos abre al misterio profundo escondido en medio de la oscuridad de la cruz. Nos cubre la nube del misterio, y de ella brota una nueva palabra, alternativa y creadora, como la palabra dirigida a Abraham: “Este es mi Hijo: escuchadle”. O tal vez: “Este es el Cordero de Dios: seguidle”.
Lema:
DEL PESIMISMO A…
UNA MIRADA POSITIVA
Color de la banda del arco iris: NARANJA
1. ALGÚN TEXTO de la Evangelii Gaudium (papa Francisco):
Cristianos pesimistas
“Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua. Pero reconozco que la alegría no se vive del mismo modo en todas las etapas y circunstancias de la vida, a veces muy duras. Se adapta y se transforma, y siempre permanece al menos como un brote de luz que nace de la certeza personal  de ser infinitamente amado, más allá de todo” (6). Así se gesta la mayor amenaza, que «es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad». Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como «el más preciado de los elixires del demonio». Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico. Por todo esto, me permito insistir: ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora! (83) Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. Nadie puede emprender una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. ..El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal” (85)
2. UN POEMA
Señor, Jesús, no es fácil bajar de la montaña,
pero la travesía se hace más llevadera
cuando sentimos tu aliento cerca.
Danos ojos par ver más allá
de la oscuridad y la duda;
más allá del temor y la fatiga,
del agobio y la rutina.
Danos una mirada, como la tuya,
que sepa ver en lo escondido,
que vaya más allá de lo inmediato;
capaz de descubrir paisajes nuevos,
de ver el fruto en la semilla.

Cuaresma, tiempo para amar

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Decálogo para pensar en Cuaresma

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Deporte en Cuaresma



(Tomado de La Salle Córdoba)

A veces basta con cambiar el enfoque para que percibas matices nuevos en la forma de vivir algo como el tiempo cuaresmal. Os dejo un texto del P. Javier Leoz que habla de la Cuaresma en línea dinámica, como la del deporte, así que a practicarlo para mejorar la salud de la fe.

DEPORTE EN CUARESMA

a) Guíate con la brújula de la Palabra de Dios
b) Avanza por los caminos de la Verdad
e) No te detengas ante la debilidad
d) No mires sólo hacía el suelo
e) Levanta tus ojos hacia el cielo
g) Oxigénate con el aire de la oración
i) Da la mano al que no piensa como tú
j) Conviértete de tus pasos equivocados
k) Detente en alguna iglesia para descansar
1) Preocúpate de las cruces de los demás
m) Cálzate con la sobriedad y el silencio
n) Mueve las manos de tu generosidad
o) No caigas en la tentación de los mínimos
p) Escucha al Dios que te acompaña y escucha
q) Refuerza tu cuerpo con la Eucaristía