05 mayo 2016

La Ascensión del Señor: Moniciones 1


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MONICIÓN DE ENTRADA

Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía. Hoy, camino de Pentecostés, celebramos la Ascensión del Señor, solemnidad trasladada a este domingo que ocupa el Séptimo de Pascua. La importancia de la fiesta aconsejó ya hace años su traslado al domingo para que llegara a más hermanos. Pero lo importante es que estamos asistiendo al momento solemne en el que el Señor Jesús, cerca de Betania, decidió subir al cielo. Los apóstoles quedaron allí, en Betania, y, después, volvieron felices a Jerusalén. Busquemos nosotros hoy nuestra felicidad al saber que el Señor está aquí con nosotros en el Pan y en la Palabra. Deciros también, que la Iglesia celebra hoy la Jornada Mundial de las Comunicaciones sociales y ello nos impulsa a transmitir y recibir la Palabra de Dios por medio de las nuevas tecnologías, por Internet, por las redes sociales. Es una puesta al día muy importante que hemos de tener muy en cuenta y orar para que ese nuevo camino de evangelización dé los mejores frutos posibles.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- Nuestra primera lectura de hoy son los primeros párrafos del Libro de los Hechos de los Apóstoles. En ellos San Lucas establece que, en efecto, este libro es continuidad de su Evangelio. Narra la Ascensión del Señor ocurrida en Betania, cerca de Jerusalén y llama la atención de manera preocupante cuando, todavía, en ese momento que el Señor marcha, todavía los apóstoles esperaban que se restaurara el poder político en Israel. Tendría que llegar el Espíritu en Pentecostés para hacerles comprender.

S.- Este salmo 46 es un himno compuesto casi quinientos años antes del nacimiento de Cristo. Tras el triunfo de los Macabeos el pueblo expresa que Dios es el Rey de toda la tierra y que ningún rey de este mundo tiene un poder real. Para nosotros es una manera alegre de celebrar su amor y su ternura para con todos los hombres y mujeres.

2.- La segunda lectura, de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, nos recuerda el poder liberador de Cristo sobre la existencia humana oprimida por el miedo y la falta de madurez., por el pecado en definitiva. Pablo nos refiere la consecuencia de la Ascensión. El Señor Jesús queda permanente a la derecha de Dios para interceder por nosotros.

3.- San Lucas en su evangelio nos pone de manifiesto que la fuerza viene del Señor, que irá engrandeciendo nuestra vida, para hacernos portadores de la Buena Noticia que hemos de comunicar a los demás. Eso es lo que nos encargó el Señor en el momento de su Ascensión. Podremos, no obstante, ver la identidad de los textos de este evangelio y de la primera lectura del Libro de los Apóstoles. Son dos párrafos en continuidad de –digámoslo así—del mismo texto.



Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

El padre Javier Leoz nos ha preparado una bella plegaria para estos momentos finales de nuestra Eucaristía. Escuchemos con mucha atención:



¡DÉJANOS LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!

Que  no la cierre el viento del camino fácil

Que  no la empuje nuestra falta de fe

Que  no la obstruya nuestro afán de tener aquí

¡DÉJANOS  LA PUERTA ABIERTA, SEÑOR!

Para  vivir y morar contigo

Para  amar y vivir junto a Dios

Para  sentir el soplo eterno del Espíritu

Para  gozar en el regazo de María Virgen

¡NO  NOS CIERRES LA PUERTA DEL CIELO, SEÑOR!      

Amén      

Exhortación de despedida

Salgamos felices del templo. El Señor asciende al cielo. Nosotros le hemos ido siguiendo desde el ya muy lejano Miércoles de Ceniza…Le acompañamos en la Cuaresma, en los días dolorosos del sacrificio de la Cruz y en alegría desbordante de la Resurrección, en la Vigilia de Pascua. Hoy, Él se marcha, pero nos envía el Espíritu Santo que ha de enseñarlo todo. Le esperamos al domingo que viene, en el Domingo de Pentecostés. Nuestra alegría pues es enorme…

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