23 agosto 2016

Reflexión sobre el Domingo 28 de agosto

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EL PAN COTIDIANO DE LA MISERICORDIA: LA GRATUIDAD 
«El Evangelio deja muy clara la estrecha relación que hay entre la humildad y la gratuidad. Humildad: en el banquete no hay que buscar los primeros puestos. Gratuidad: en el banquete es muy evangélico invitar a «pobres, lisiados, cojos y ciegos, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los muertos». Esto es llevar el asunto de la humildad hasta el fondo de la vida cristiana: una conducta que no vive de la recompensa, sino de la donación y la gratuidad» (cf. la homilía). La misericordia jamás es interesada. Por eso, cuando se ejercita sobre “quien no puede pagarte”, es realmente auténtica. Y quienes nunca podrán “pagarte” son quienes carecen de lo necesario para hacerlo. 

¡ATRÉVETE A… EMPEZAR POR LOS ÚLTIMOS! 
La misericordia jamás es interesada. Es una buena norma, a la hora de tener que elegir, que optar, etc., empezar siempre por los últimos de la ola, hasta llegar a los primeros. Si lo hacemos así, seguro que llegamos a quienes más lo necesitan. En caso contrario, suele pasar que nunca lleguemos al final y sean siempre los mismos –los pobres, en muchos sentidos- los que no reciban la ayuda que necesitaban. 
A veces las cosas son muy complicadas porque la gratuidad no sólo es para quien da, sino para quien podría recibir. Una pequeña anécdota nos muestra la dificultad que entraña a veces la gratuidad: un año, teniendo que llevar niños de excursión, se decidió añadir algún coche particular, pues todos no cabían en el autobús. Una familia ofreció su coche para ello. Al acudir a la familia de uno de los niños para ofrecerles que su hijo fuera en ese coche, los padres se negaron porque “no podían devolver el favor a su dueño”… 
UNA OBRA DE MISERICORDIA 
Los últimos de la cola son aquellos en quienes nadie se fija. Pon atención y observa a tu alrededor, seguro que hay alguien “perdido” al que la ayuda no le llega. Opta por esa persona antes que por otra, en cualquier circunstancia y en cualquier tipo de relación. 
Acepta a los demás por lo que son y no por los cargos que ocupan, por las cualidades y virtudes que tienen y no por las apariencias…

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