08 septiembre 2016

Domingo 11 septiembre: Moniciones 2


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MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a la Eucaristía.Tres parábolas importantes, angulares, nos narra hoy Jesús de Nazaret, según el texto de San Lucas. ¿La más atractiva?: La parábola del hijo pródigo que se sitúa perfectamente en la figura de Dios Padre que, Jesús, el Señor, nos ha enseñado. Jesús de Nazaret quiso mostrar al pueblo la auténtica imagen de Dios que fariseos y saduceos habían falseado. Sin embargo, hoy mismo, son todavía muchos los cristianos que se han hecho una imagen falsa del Padre, prefiriendo, como los antiguos judíos, un Dios implacable, justiciero y lejano. Pero además sabemos de un hombre que abandona el rebaño con 99 ovejas para ir a salvar a la descarriada y como, asimismo, una mujer se afana en limpiar su casa para encontrar la moneda pérdida. Los tres ejemplos son la vuelta de un pecador a la Casa del Padre y la alegría de éste por tener al fugitivo ya junto al Señor.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera lectura, del Libro de Éxodo, nos muestra la conversación entre Dios y Moisés sobre las infidelidades del pueblo judío. El resultado final de tal conversación es el perdón de Dios y el ofrecimiento de una nueva oportunidad para seguir siendo el pueblo elegido.

S.- El salmo 50 –el Miserere—ha sido utilizado, tanto por el pueblo de Israel, como durante muchos años por los cristianos—como himno penitencial. Pero es un salmo que termina con la enorme alegría de saber que Dios nos ha perdonado. Fue considerado hasta el Concilio Vaticano II como un salmo triste, hoy hemos sacado de él un mensaje de alegría y de esperanza.

2.- Comenzamos hoy la lectura de la Carta de san Pablo a Timoteo. Es una carta pastoral, de enseñanza, pero en ella se nos revela que el apóstol ha sido un buen ejemplo de la misericordia divina al pasar e perseguidor de la Iglesia a uno de sus más importantes pilares.

3.- Vamos a escuchar en el evangelio de San Lucas tres parábolas sobre la misericordia de Dios: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la extraordinaria narración del Hijo Pródigo. En ellas se muestra la alegría de Dios por la conversión de –aunque solo sea eso—de un pecador. La del Hijo Pródigo es, sobre todo, la gran catequesis de Jesús de Nazaret sobre la bondad, la ternura y el amor sin límites de Dios Padre hacia sus criaturas.



Lectura de Postcomunión

Una semana más el padre Leoz nos ofrece esta plegaria final para los postreros momentos de nuestra Eucaristía. Escuchemos

VOLVERÉ, SEÑOR, PERO EMPÚJAME

Para que no vacile y supere  mis propios errores

Para que no malgaste los  muchos talentos que me regalaste

Para que no exija más de lo  que pueda ofrecer

Para que regrese y sea feliz  de poder de nuevo verte

VOLVERÉ,  SEÑOR, PERO EMPÚJAME

Y si por lo que sea dudo,  dame fortaleza para triunfar

Y si por lo que sea caigo,  levántame con tu Espíritu

Y si por lo que sea digo  “imposible”, toca con tu mano mi mente pesimista

VOLVERÉ,  SEÑOR, PERO… EMPÚJAME PARA LLEGAR HASTA TU HOGAR

Exhortación de despedida

Impresionante prueba de amor del padre que espera a su hijo ingrato a que vuelva. Pues el amor de Dios hacia sus hijos es muy superior a cualquier ejemplo humano. Hemos de tenerlo en cuenta.

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