Inicial.
En medio de nuestras preocupaciones, de nuestros temores, de los agobios y nervios de cada día, nos hemos reunido respondiendo a la llamada del Señor, para celebrar la Eucaristía en el domingo, el Día del Señor.
Él se hace presente en medio de nosotros para aliviar nuestras preocupaciones y darnos su paz, para darnos su Palabra y su Cuerpo, recibiendo así su fuerza y su luz para recorrer el camino de la vida, siendo fieles en las cosas pequeñas de cada día.
Primera Lectura.
Dios no soporta a los que se aprovechan de los pobres. El profeta denuncia la injusticia instalada en la vida del pueblo y les dice que Dios no olvidará su comportamiento injusto y que está al lado de los pobres.
Segunda Lectura.
Pablo, en su carta, llama a la oración universal por todos los hombres, ya que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Evangelio.
Jesús nos interpela hoy en el Evangelio sobre nuestro apego al dinero o a cualquier otro bien que nos pueda apartar de Dios. No es algo que quiso decir en otro tiempo a los que le seguían, nos lo dice hoy a nosotros en esta Eucaristía.
Puestos de pie cantamos aleluya.
PETICIONES
- Por la Iglesia, para que sea siempre testimonio de acogida y servicio a todos, especialmente a los más débiles. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por nuestra Diócesis de Huesca y todos los que la formamos, para que sepamos dar una respuesta positiva a lo que el Señor espera de cada uno de nosotros. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los gobernantes de pueblos y naciones, para que promuevan políticas que favorezcan la justicia y la igualdad que nos lleven a la paz verdadera. ROGUEMOS AL SEÑOR
- Por los países que viven sometidos a la pobreza y al hambre, para que su dolor conmueva los corazones de los países mejor situados. ROGUEMOS AL SEÑO
- Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos ayude a vivir con un corazón desprendido y sensible a las necesidades de los que nos rodean. ROGUEMOS AL SEÑOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario