22 octubre 2016

La primera tarea

De los 7.300 millones de personas que vivimos en este planeta azul llamado tierra, mil trescientos millones somos católicos. Es decir, que de cada seis habitantes uno es católico. Ello significa que el Islam con un número similar de fieles islámicos seguidores son las dos religiones más numerosas.
Aunque, si a los católicos sumamos los protestantes y cristianos ortodoxos (todos ellos creen en Jesús), los cristianos alcanzamos la cifra de 2.100 millones de cristianos. Cantidad muy superior a la de los creyentes en Alá.
Limitándonos a los católicos, un 49% de católicos vive en América, un 23% en Europa y un 16 por ciento en África. Esto demuestra que queda mucho para cumplir con el encargo de Jesús, cuando, al despedirse de sus apóstoles, les dijo: “Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizadlos para consagrárselos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo y, enseñadles a guardar todo lo que yo os he mandado”.

Alguien se preguntará por qué nos empeñamos en dar a conocer al resto de las personas el mensaje cristiano y la respuesta es que no solo porque nos dejó Jesús ese encargo, sino también y principalmente porque este mandato de Jesús es positivo. Positivo para el ser humano, para la humanidad. “Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna” es una gran noticia.
Para cumplir con este objetivo a los cristiano-católicos les corresponde, en primer lugar, vivir el evangelio. Como repite el Papa actual, Francisco, dejar de estar a la defensiva y practicar la humildad, la transparencia y la misericordia. El Papa nos anima a sintonizar más con la gente, a llegar a las periferias, es decir, a los lugares donde más se sufre. Por eso el lema de la jornada del Domund de este año es “Sal de tu tierra”. Una invitación a dejar de mirarnos a nosotros mismos, a superar comodidades, a vencer la rutina, a abrir horizontes a los jóvenes y espacios al seglar, especialmente a la mujer, a conseguir algo más de justicia y solidaridad. La Iglesia, los cristianos tenemos que demostrar que la Iglesia es más que el Vaticano.
Aunque han transcurrido dos mil años desde que pronunció Jesús estas palabras, desde que nos encomendó este cometido, nos queda mucho por hacer. El Papa Francisco nos lo recuerda: “la actividad misionera representa aún hoy en día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera”
El adversario más poderoso en la actualidad es la indiferencia religiosaa la cual se une la agresividad del Islamque ha abierto en los últimos años en suelo español mil setecientas mezquitas
En cuanto a opiniones o valoraciones sobre la Iglesia las hay de todo tipo. Para unos nunca ha estado la Iglesia tan cerca del evangelio como ahora. Otros, en cambio, la ven y la juzgan desnortada. Jesús nos invita especialmente en esta jornada misionera a que seamos comunicadores de nuestra fe. Lo hace a veces con susurros, a veces desde el dolor o la alegría. Pero siempre nos anima a que demos a conocer a quien se nos ofrece como camino, verdad y vida. 
Ahí están los misioneros y misioneras que realmente salen de su tierra y van a trabajar a lugares lejanos con una entrega envidiable. Y ahí están también otros muchos y muchas creyentes, que son capaces de vivir la fe con un talante ejemplar, siendo también verdaderos misioneros y misioneras.
Josetxu Caribe

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