21 febrero 2017

Domingo 26 febrero: Moniciones 1


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Inicial.

Un domingo más, nos sentimos reunidos por el Señor en torno al altar, para celebrar la Eucaristía dominical, en este último domingo del Tiempo Ordinario, en su primera parte, que retomaremos después de la fiesta de Pentecostés. Estamos ya a las puertas de la Cuaresma, la iniciaremos el próximo miércoles con la imposición de la ceniza, y tenemos que disponernos para vivir aún con más intensidad nuestra vida cristiana: en la oración y en los sacramentos, en la participación en la comunidad y en el compromiso solidario.


Hoy, Jesús nos invita a vivir sin estar tan agobiados por las preocupaciones materiales, consejo que se inspira en la sabiduría popular de los antiguos: “no angustiarse por el mañana”. Vivir intensamente el momento presente, sin refugiarse en el pasado o sufrir por el futuro: “A cada día le basta su afán”.

Primera Lectura.

El profeta nos presenta un diálogo entre una Jerusalén desolada y su Dios, al creerse abandonada y olvidada. Dios le da la respuesta por boca del profeta.

Segunda Lectura.

San Pablo nos llama a ser servidores de Cristo y a no juzgar, pues sólo Dios conoce lo escondido en el corazón del hombre.

Evangelio.

Jesús nos dirá en el Evangelio: “no os agobiéis por el mañana”, y eso no quiere decir que nos invite al desinterés y despreocupación por el trabajo: “Cada día tiene su afán”. Lo que nos invita es a evitar el agobio por un mañana que no está a nuestro alcance y que denota falta de fe y confianza en Dios.
Puestos de pie cantamos aleluya.

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