26 febrero 2017

Miércoles de Ceniza: Guión para la Misa 1


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1 DE MARZO DE 2017

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Tengo los ojos puestos en el Señor porque Él saca mis pies de la red.  Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido.  Mírame, oh Dios y ten piedad de mí, que estoy sólo y afligido.

SALUDO Y  MONICIÓN.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura de la profecía de Joel 2, 12‑18

Ahora —oráculo del Señor—, convertíos a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y libación para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sión, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a los muchachos y a los niños de pecho; salga el esposo de la alcoba y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan: «Ten compasión de tu pueblo, Señor; no entregues tu heredad al oprobio, ni a las burlas de los pueblos. ¿Por qué van a decir las gentes: “Dónde está su Dios”? ».
Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra y perdonó a su pueblo.  
                                     PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 50.
Antífona: Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad en tu presencia.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.  

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20 -- 6, 2

Hermanos:
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: «En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé». Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. 
PALABRA DE DIOS

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO.
Canto: Convertíos y creed en el Evangelio.
Antífona: No endurezcáis hoy vuestro corazón.  Escuchad la voz del Señor.

EVANGELIO.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. 
Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan.  En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
 PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA.

Cantos mientras la Imposición de la Ceniza.
PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN. (Salmo 50-Espinosa)

Perdón, Señor, perdón.

Misericordia, mi Dios, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa.

Lava del todo mi delito y limpia todo mi pecado.

Reconozco mi culpa, Señor, tengo siempre presente mi pecado.

Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que tú aborreces.

Hazme oír  el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.

Enseñaré a los malvados tus caminos, volverán a ti los pecadores.

Líbrame de la sangre, mi Dios, y cantará mi lengua tu justicia.

Abrirás mis labios Señor, y mi boca cantará tus alabanzas.

PERDONA A TU PUEBLO.       (CLN Nº 125)
Perdona a tu pueblo, Señor, perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.

Por tu poder y amor inefable, por tu misericordia entrañable, perdónanos, Señor.

Somos el pueblo que has elegido y con tu sangre lo has redimido, perdónanos, Señor.

Reconocemos nuestro pecado que tantas veces has perdonado, perdónanos, Señor.

Dios de la fiel y eterna Alianza, en ti ponemos nuestra esperanza, perdónanos, Señor.

Desde la Cruz nos diste a tu Madre, vuélvenos al brazo del Padre, perdónanos, Señor.


TEN PIEDAD DE MÍ.  (L. Bedmar - CLN Nº 108)

Cuando de ti yo me aleje: ten piedad de mí.
Cuando el peligro me aceche: ten piedad de mí.
Cuando en pecado me encuentre: ten piedad de mí.
Haz que de ti yo me acuerde: ten piedad de mí.

Si la fe un día perdiera: ten piedad de mí.
Si mi esperanza se apaga: ten piedad de mí.
Si caridad yo no hiciera: ten piedad de mí.
Haz que tu gracia me envuelva: ten piedad de mí.

Cuando a mí llegue la muerte: ten piedad de mí.
Cuando por mi suerte tiemble: ten piedad de mí.
Cuando ante ti me presente: ten piedad de mí.
Haz que contigo me quede: ten piedad de mí.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Yo no soy nada y del polvo nací, pero Tú me amas y moriste por mí. Ante la cruz sólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.

Toma, mi mano, te pido, toma, mis labios te amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy, tuyo soy.

Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veo tu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedo darte yo?  Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
¡Oh Señor! Yo no soy digno de que entres en mi morada, mas di una sola palabra y mi alma quedará sana.

¡Oh Señor! Yo no soy digno de que entres en mi morada, mas di una sola palabra y mi alma quedará sana.

¡Oh Señor! Yo no soy digno.  ¡Oh Señor! Yo no soy digno de que entres en mi morada, de que entres en mi morada, mas di una sola palabra, mas di una sola palabra y mi alma quedará sana, quedará sana.

Canto:
Sí me levantaré, volveré junto a mi Padre.

A ti, Señor, elevo mi alma, Tú eres mi Dios y mi Salvador.

Mira mi angustia, mira mi pena, dame la gracia de tu perdón.

Mi corazón busca tu rostro; oye mi voz, Señor ten piedad.

A ti, Señor, te invoco y te llamo; Tú eres mi Roca, oye mi voz.

No pongas fin a tu ternura, haz que me guarde siempre tu amor.

Sana mi alma y mi corazón, porque pequé, Señor, contra ti.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Una vez más, Señor, el calendario y Tú me dais otra oportunidad.
¡Cuántas cuaresmas llevo vividas… y no termino de convertirme!
Pero hoy de nuevo sales a mi encuentro y me recuerdas lo de siempre, que es nuevo cada día: que me has creado para la felicidad y que me conviene enderezar el camino.

Me das una nueva oportunidad y me recuerdas tres palabras, que pueden sonar a viejo, pero tienen plena actualidad.

Una es la limosna.  Me invitas a vivir compartiendo.  Si miro alrededor, son muchas las necesidades, mientras yo vivo en la abundancia, que quizás me agobia.

Me das la oportunidad de ayunar, que es no darme tantos caprichos, renunciar a venganzas, perezas, egoísmos, a ser indiferente ante el dolor ajeno, que me disculpa del compromiso.

Me das otra oportunidad para sumergirme en la oración, en compartir mi vida y dejarme impulsar por Ti y por tu estilo, que me saca de la rutina y de la mediocridad y me invita a la Vida en abundancia.

Gracias, Señor, por darme esta Cuaresma, por darme otra oportunidad.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN.

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Dios es fiel: guarda siempre su Alianza; libra al pueblo de toda esclavitud.  Su Palabra resuena en los profetas, reclamando el bien y la virtud.

Pueblo en marcha por el desierto ardiente: horizontes de paz y libertad.  Asamblea de Dios, eterna fiesta; tierra nueva perenne heredad.

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