17 junio 2017

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

Resultado de imagen de Corpus Christi
«Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Los judíos discutían entre ellos: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me ha enviado vive y yo vivo por el Padre, así el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente».
Lucas 6, 51-58


Comentario del Evangelio
Este domingo muchas personas distintas en todo el mundo van a hacer lo mismo: recibir el Cuerpo de Cristo en la comunión, participando en la misa en la parroquia de su pueblo o ciudad. Esto nos hace sentirnos a los cristianos unidos a través de Cristo, a través de la Iglesia.
Vamos a pensar hoy en muchos cristianos que lo están pasando muy mal, cristianos que en unos cuantos lugares del mundo están siendo perseguidos y a veces asesinados simplemente por ser creyentes. Cuando comulgamos también debemos sentirnos unidos a todas las personas que reciben la Comunión con nosotros. Porque Jesús quiere que estemos en comunión con él, pero también en comunión con muchas personas creyentes que hay en este mundo.

Para hacer vida el Evangelio
• ¿Conoces alguna situación de cristianos en el mundo que están siendo perseguidos por su fe? Escribe lo que sepas o hayas oído.
• ¿Qué es para ti estar en comunión con Dios y con todos los cristianos? ¿Qué podemos hacer por los cristianos perseguidos?
• Escribe un compormiso para ayudar a los cristianos que sufren por ser seguidores de Jesús.

Oración
Perdón, Señor Jesús.
porque deseosos de otras cosas
menos valiosas no sabemos apreciarte,
no sabemos valorar este alimento adecuadamente.
Perdón, Señor Jesús,
porque muchos de los que se dicen
cristianos
no se acercan nunca a comerte.
Su alimento son otras cosas;
aunque son de los tuyos, no te conocen bastante todavía.
Gracias por este Pan bajado del cielo. Ayúdanos, Señor Jesús,

para que comulgando tu Cuerpo, comulguemos con toda tu Persona:
con tu confianza y fidelidad a Dios,
con tus entrañas de misericordia
ante toda miseria humana,
con tus predilección por los últimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario