12 agosto 2017

Papa Francisco: Las vacaciones deben ser tiempo de oración y encontrar fuerzas


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"Las vacaciones pueden y deben ser un tiempo de oración extra, un momento de paz que permita a los cristianos saborear la alegríade su relación con Jesús y encontrar nueva fuerza para alcanzar con amor a los demás", exhortó el Papa Francisco antes de recitar la oración del Ángelus, el 6 de agosto, fecha en la que se celebraba la fiesta de la Transfiguración.
El Papa Francisco habló de la historia evangélica de los discípulos subiendo el Monte Tabor con Jesús, apartándose de las cosas mundanas y contemplando al Señor transfigurado.

Redescubrir el silencio de la oración.

Hoy también los discípulos de Cristo necesitan redescubrir el silenciopacificador y regenerador que proviene de la oración y de la meditación en un pasaje evangélico. El Papa dijo:
Cuando nos ponemos en esta situación, con la Biblia en la mano, en silencio, empezamos a sentir esta belleza interior, este gozo que la palabra de Dios genera en nosotros.

Profundicen su camino espiritual.

Con las altas temperaturas que todavía asolan Roma y la mayor parte del sur de Europa, muchos turistas y peregrinos en la Plaza de San Pedro llegaron armados con paraguas o compraron sombrillas de papel a vendedores errantes fuera de la plaza.
El Papa Francisco dijo que sabía que los estudiantes de la plaza estaban en medio de sus vacaciones de verano y que muchas de las otras personas en la plaza estaban de vacaciones. Él les dijo:
Es importante que en el período de descanso y rompiendo con las preocupaciones diarias, restauren las energías de su cuerpo y alma, profundizando su camino espiritual.
Los discípulos que vieron a Jesús transfigurado fueron cambiados por el acontecimiento y descendieron la montaña, de vuelta a su vida cotidiana, con los ojos y los corazones transfigurados por su encuentro con el Señor. Nosotros también podemos seguir este camino.
Un encuentro con el Señor debería inspirar nuevos pasos de conversión y un mayor testimonio de caridad.

Seamos signo concreto del amor de Dios.

Transformados por la presencia de Cristo y por la calidez de sus palabras, seremos un signo concreto del amor vivificante de Diospara todos nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que sufren, se encuentran solos y abandonados, y por la multitud de hombres y mujeres que, en diferentes partes del mundo, son humillados por la injusticia, el abuso y la violencia.
El Santo Padre rezó para que María cuidara a las personas que estaban de vacaciones, pero también rezó por los que no pueden tomar vacaciones por impedimentos de la edad, salud o trabajo, por dificultades económicas u otros problemas.
Más temprano esa mañana, el Papa Francisco fue a la gruta bajo la Basílica de San Pedro para orar en la tumba del Beato Pablo VI, quien murió el 6 de agosto de 1978.
 

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