13 septiembre 2017

Domingo 17 septiembre: Moniciones 2


Resultado de imagen de hasta setenta veces 7

Sed todos bienvenidos a esta asamblea de hermanos que se quieren. Nos reunimos de nuevo para compartir la Eucaristía. Es, como decíamos, una asamblea de hermanos que tenemos en común un Padre Dios que ama sin límites a sus criaturas, con un corazón misericordioso, que entiende nuestros fallos y contradicciones. Y ante ello es un buen momento, para reconocernos pecadores, limitados, deudores; pero pecadores perdonados por una misericordia y ternura infinitas. ¿Me creo de verdad perdonado? Porque ésta será la base para que yo sea capaz de perdonar a los demás. Pidamos al Señor su Gracia, para que nos haga ver que no solamente nos acogemos de verdad el perdón de Dios, si no estamos dispuestos a perdonar a los demás. Y con esa idea iniciemos con nuestra mayor alegría la celebración de hoy.




MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura, del Libro del Eclesiástico, nos muestra, que los resentimientos: el rencor, la ira, la violencia, llegan cuando olvidamos que nosotros también somos limitados, que estamos hechos del mismo barro que los otros. Y, si estas limitaciones no las tenemos en cuenta, difícilmente podremos reconciliarnos con nosotros mismos y con los demás.

S.- El Salmo 102 era atribuido por los judíos a David y, para muchos, guarda una gran relación con el Salmo 50, el conocidísimo “Miserere”. Por un lado es canto de penitencia, pero por otro es expresión jubilosa de la misericordia del Señor. Para nosotros, hoy, la cuestión es la misma: hemos de reconocer la misericordia de Dios para con nosotros, durante todas las horas del día.

2.- "Somos del Señor" nos dice la segunda lectura, en el breve párrafo de la Carta del apóstol San Pablo que proclamamos hoy. Y añade que si somos del Señor no podemos vivir para nosotros mismos sino para los demás.

3.- El evangelio de Mateo nos comunica el mandato de Jesús en torno a que tenemos que limpiar esas zonas manchadas que anidan en nuestro corazón, sabiendo perdonar y preocupándonos del bien de los hermanos. Por ellos, hemos de ser portadores de paz y fraternidad. ¡Cuántas veces dejamos de perdonar, escudándonos en que no nos toca a nosotros dar el primer paso, olvidándonos de que el primer paso lo dio ya Cristo perdonándonos desde la cruz!

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Escuchemos con atención esta breve y hermosa plegaria del Padre Leoz sobre el perdón.



¡CUÁNTO CUESTA, SEÑOR!

Vivir  sin sentirse perdonado

y,  vivir, con la conciencia de no haber disculpado

Romper  con las historias pasadas

para  caminar de nuevo

e  iniciar un rumbo distinto

sin  pensar en vencedores ni derrotados



¡CUÁNTO  CUESTA, SEÑOR!

Ser  generoso ofreciendo semillas de reconciliación

Decir  “lo siento” o “te perdono”

Recordar  que, para entrar en el cielo,

la  llave que mueve su puerta

es  precisamente esa: perdonar siempre

Dime,  Señor, cómo hacerlo.

Exhortación de despedida

Jesús nos lo ha dicho. Hemos de perdonar siempre. Ahora cuando salgamos de la Eucaristía debemos buscar a aquella persona que nos ha tratado mal, que nos ha ofendido y hemos de ofrecerle nuestro perdón y solicitar también que nos perdone a nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario