● Si la corrección es necesaria en
la vida de la comunidad, como se
nos decía el domingo pasado, el
perdón también es una de las características
que deben darse en
toda comunidad cristiana.
● Pedro, seguramente, ha oído a
Jesús hablar del perdón y quiere
una norma concreta a la que atenerse.
● Le dice a Jesús si tiene que perdonar
hasta siete veces siete, o
sea muchas; con lo que ya supera
lo que decían los maestros judíos.
● Pero la respuesta de Jesús no
pone número, límite al perdón
sino que dice que hay que perdonar
siempre.
● Y como explicación Jesús les
cuenta la parábola.
Fuente: Acción católica
● Al rey de la parábola, al ver postrado
a sus pies al siervo, se le
conmueven las entrañas, se llena
de compasión y perdona toda su
deuda, que era una cantidad astronómica.
● Según Flavio Josefo el talento
vale diez mil denarios; luego diez
mil talentos suman cien millones
de denarios. El jornal de un obrero
era de un denario al día.
● Este siervo perdonado no es capaz
de hacer lo mismo con un
compañero que le debe una cantidad
ridícula: cien denarios.
● La diferencia entre ambos es
que el rey tiene compasión y el siervo no. Éste será condenado
por no tener compasión.
● Jesús nos propone un perdón sin
medida, sin límites o sea: siempre.
● Y esto ¿porqué? ¿Dónde se apoya
Jesús para pedir un perdón tan
grande?
● Simplemente porque esa es la
manera de actuar de Dios que es
“compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en clemencia…
no nos trata como merecen nuestros
pecados ni nos paga según
nuestras culpas”.
● En el relato se nos muestra la
forma de actuar Dios con nosotros
y al mismo tiempo se nos describe
nuestra manera de hacer.
● También nosotros hemos sido
agraciados con el perdón de Dios.
Y como Dios nos ha perdonado lo
lógico es que nosotros también
nos perdonemos.
● Si nosotros no perdonamos no
podemos pedirle a Dios que nos
perdone.
● Bueno es que recordemos aquella
máxima de la Palabra de Dios:
“con la medida con que midáis,
con esa medida seréis medidos”.
● Perdonar no es nada fácil, requiere
valentía y sobre todo la
ayuda de Dios.
● Sabiendo lo difícil que nos resulta
perdonar Jesús nos pide que a diario
se lo pidamos a Dios, en la oración
del Padrenuestro: ”perdona
nuestra ofensas como nosotros
perdonamos a los que nos han
ofendido”.
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