11 octubre 2017

Comentario Domingo XXVIII de Tiempo Ordinario

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Oración
Señor Jesús resucitado, envíanos tu Espíritu que nos lleve a la verdad completa acerca de Ti y acerca de nosotros mismos.
A la verdad completa sobre el sentido de tu vida y de tu muerte.
A la verdad completa sobre el sentido de nuestras vidas, sobre el valor de lo que ponemos, de lo que gozamos, de lo que sufrimos. Porque queremos:
  • amar Contigo como Tú supiste amar,
  • gozar Contigo cuando toque gozar,
  • sufrir Contigo cuando nos toque sufrir. AMEN.


Mt 22, 1-14
«1Y, tomando Jesús de nuevo la palabra, les habló en parábolas, diciendo:
2“El Reino de los cielos es semejante a un rey que celebró la boda de su hijo.
3Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron ir.
4Envió de nuevo otros siervos, diciendo: ‘Decid a los invitados: He aquí que está preparado mi banquete, he matado mis terneros y reses cebadas, y todo está preparado; venid a la boda’. 5Pero los convidados se fueron; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, 6los demás, agarrando a los siervos, los maltrataron y mataron.
7Y el rey se enfureció y, enviando sus tropas, acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a su ciudad.
8Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no se la merecían. 9Así pues, id a las salidas de los caminos y a todos los que encontréis, invitadlos a la boda’. 10Y, saliendo aquellos siervos a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. Y se llenó la boda de comensales.
11Entrando el rey a saludar a los comensales vio allí uno que no vestía vestido de boda 12y le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí no teniendo vestido de boda?’. Pero él no abrió la boca.
13Entonces el rey dijo a los camareros: ‘Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes’.
14Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos”». ¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO 
Jesús toma de nuevo la palabra (v. 1): estamos en la continuación de la parábola del domingo anterior (Mt 21,33-44), y es la última del grupo de parábolas que Jesús dirige a las clases dirigentes de Israel. Inmediatamente después entrarán en escena los fariseos, que se reúnen para poder “sorprender” a Jesús en alguna palabra y le proponen el tema del tributo debido al César (22,15-22). La parábola de hoy repite la misma idea de las dos anteriores, leídas los dos domingos pasados: el rechazo del “Israel oficial” a la oferta de salvación, en este caso, la invitación al banquete de bodas hecha por un rey.

TEXTO
Tras los dos versículos introductorios (vv. 1 y 2), el cuerpo de la parábola tiene dos partes: vv. 3-7 y vv. 8-13. La primera parte contiene un escueto primer envío de siervos a los invitados, que no quieren ir a la boda (v. 3); un segundo envío, más desarrollado tanto en el anuncio que los siervos deben decir a los invitados como en la reacción negativa de éstos; sorprende la tercera reacción (maltratar y matar a los siervos), que está fuera de lugar en la parábola, pero que la relaciona con la parábola anterior, la de los viñadores homicidas (vv. 4-6); finalmente la reacción del rey, completamente desproporcionada (v. 7). La segunda parte es un nuevo comienzo: un tercer envío a buscar invitados a la boda, esta vez con éxito (vv. 8- 10); el encuentro del rey con un invitado que no vestía traje de boda (vv. 11-12); y otra reacción impresionante del rey con dicho invitado (v. 13). El texto se cierra con una antítesis de Jesús (v. 14). Destaca el tenor negativo del texto, todo parece abocado al fracaso (recordad los destinatarios de las palabras de Jesús y lo que ocurrió históricamente con ellos). Sobresalen los términos rey (hilo conductor del evangelio) y boda (fiesta), y también siervos e invitados.

ELEMENTOS INTERESANTES
• El rey (Dios) es la única persona determinante en el relato, sólo él habla y el relato prácticamente consta de acciones y órdenes suyas. Está empeñado en invitar a la fiesta de la boda de su hijo, pero su invitación cae en saco roto. Sus duras reacciones (vv. 7 y 13) se explican en sentido histórico: Jerusalén fue destruida por los romanos en el año 70 y eso pudo ser interpretado como “castigo” por no aceptar a Jesús.
• La parábola es una advertencia a los oyentes para no perderse la gran ocasión de celebrar la fiesta del reino de Dios. La invitación no caduca, pero la advertencia está en primer plano. No son palabras dirigidas a los discípulos, sino a los adversarios de Jesús. Pero convendría reflexionar sobre cuánto de “sumo sacerdote, anciano del pueblo o fariseo” tiene nuestro modo de seguir a Jesús y nuestra militancia cristiana.
• En primer plano está también la advertencia de que la riqueza (“las tierras, los negocios”) y la violencia suponen un rechazo a la invitación al reino de Dios y ello nos debe hacer pensar en qué ambiciones y proyectos ocupan nuestro corazón y qué medios utilizamos para conseguirlos.
• Los vv. 11-13 deben leerse, en el marco del evangelio de Mateo, como principios fundamentales: ser llamado a la comunidad, ser miembro de la Iglesia, no significa, ni de lejos, estar salvado. El final inesperado del convidado sin traje de boda (v. 13) está el centro de gravedad de la parábola. El juicio sobre un Israel que rechazó a Jesús no puede ser motivo de autocomplacencia para la comunidad cristiana que ahora ocupa su puesto. Las obras (“hacer la voluntad del padre” en 21,28-32; los “frutos” en 21,33-44; el “vestido de boda” hoy) acreditan la verdadera pertenencia al grupo de invitados, al Reino.
• El dicho final recapitula toda la parábola: el principio de que todos son invitados, pero sólo unos pocos se salvan rige para la Iglesia lo mismo que para Israel. El contraste entre “muchos” y “pocos” quiere dar más gravedad a la advertencia. La parábola del banquete nupcial lleva a su punto crítico y final el gran ajuste de cuentas con Israel que Jesús realiza en las tres parábolas que hemos leído estos tres últimos domingos.

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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