23 febrero 2018

Junto a Ti, uno se transfigura

Siempre que pasamos un rato en oración 
sentimos que nos cambias el ánimo, 
que nos sosiegas el espíritu,
que nos alejas de las preocupaciones
y haces desaparecer el estrés
de nuestra vida.
Cuando nos abandonamos en Ti, 
cuando vivimos la vida en tu compañía, 
cuando hacemos las cosas en plural, 
dejándote a Ti un espacio en la tarea, 
nos volvemos dinámicos, creativos, 
ágiles, coherentes, solidarios, 
humanos y felices.

Tú eres como la gasolina de nuestro motor, 
el agua de nuestro cuerpo,
el abono de nuestro crecimiento,
la sangre del organismo,
la defensa de los parásitos
y la salud total para nuestra historia personal.
Contigo, Señor,
la vida se vuelve una fiesta,
y se sienten deseos
de alargar tus encuentros, 
aunque luego nos despistemos 
con los quehaceres
y vivamos como si no existieras, 
dando importancia todo lo urgente
y olvidándote a la primera de cambio.
Mantennos junto a Ti, Padre, 
sigue susurrándonos tu amor,
no dejes que otros ruidos te acallen, 
llévanos de tu mano, 
métete en nuestra agenda
y juntos vivamos la vida 
construyendo para todos tu Reino.
Mari Patxi Ayerra

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