22 febrero 2018

Para la catequesis: Domingo II de Cuaresma

La Transfiguración
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡que a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad, no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo.” En este momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí que querría decir eso de resucitar de entre los muertos.

Reflexión
La experiencia de la Transfiguración nos da la promesa de un mundo mucho más allá de nuestra propia imaginación y sueños. Jesús invita a los amigos que están con El a conocerle bien y a saber que es el Hijo de Dios verdadero. Converse con los niños sobre los momentos más felices de su vida, ¿Desearían que nunca se hubiese terminado? Jesús nos promete la vida eterna. ¿Como ven a la vida eterna? ¿Que desean hacer con sus vidas? ¿Le piden consejo a Dios en oración?
Actividad
Dibujar tres tiendas de campaña. En una escriban, “Mi momento más feliz.” En otra, “Aquí me encuentro Hoy.” En la tercera, “Esto deseo ser en el futuro,” Que dibujen lo que expresen con palabras. Orar por las almas del purgatorio. (Obra de Misericordia Espiritual)
Oración
Jesús, estos son mis sueños. Yo quiero escucharte; sé que siempre estarás conmigo, pase lo que pase. Jesús, tenemos muchos sueños y esperanzas para nosotros y nuestras familias. Tú prometes escucharnos. Ayúdanos a fijarnos siempre en la vida eterna y a tener confianza en Ti. Rezamos por las almas del purgatorio, especialmente los que no tienen quien recen por ellos. Gracias por amarnos. Amen.

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