30 septiembre 2013

Vídeo. El Papa Francisco a los Catequistas

Buscarás al Señor

Viernes 4 de octubre...San Francisco de Asís

Recurso: Jesús y los diez leprosos

El monje furioso

Dominó gigante, parábolas!



Juego: Conoce los Evangelios



Recursos Biblia. Baloncesto Biblia



Viernes 4 de octubre, fiesta de San Francisco. Dominó franciscano.



Érase una vez...Vuela más alto!

Enseguida después de la 2a Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.

Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento y se dió cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.
Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.
Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.
MORALEJA
Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o mal edicencia,
VUELA MÁS ALTO

Si te criticaran,
VUELA MÁS ALTO

Si te hicieran alguna injusticia,
VUELA MÁS Y MÁS... ALTO

ACUÉRDATE SIEMPRE QUE LAS RATAS NO RESISTEN LAS GRANDES ALTURAS...
Deseo que hoy y siempre tengas el coraje de levantar vuelo y volar siempre alto, muy alto, con la cabeza en las nubes y los pies bien fijos en el suelo...
Deseo también que cuando estés volando sepas mirar para abajo y ver que existen criaturas mucho más pequeñas que tú y cuán grande e importante eres delante de ellas, y que en esa misma proporción, también mires para arriba y veas cómo es de grandioso el cielo que te cubre y percibas el tamaño de tu pequeñez frente al universo...

Recurso: caminamos con María hacia Jesús






Fuente: Aprendo en catequesis


Reflexión: La globalización de la indiferencia

El diccionario define “indiferencia” como estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia hacia una persona, objeto o negocio determinado. Ni inclinación ni repugnancia, sencillamente “se pasa”. Y la indiferencia es uno de los grandes males de nuestras sociedades del llamado “primer mundo”. Por diferentes motivos (miedo, comodidad, falta de educación…), cada vez nos estamos volviendo más insensibles hacia males y sufrimientos que no nos afecten directamente, y nos quedamos como meros espectadores, no actuamos. Quizá hacemos algún comentario al respecto, pero pronto volvemos a “nuestras cosas”, que son las que nos importan.
La Palabra de Dios de este domingo, en la 1ª lectura y en el Evangelio, es un aldabonazo a nuestras conciencias adormecidas. Tanto las palabras de Amós como la parábola del rico y el pobre Lázaro, deben hacernos reflexionar acerca de cómo nos situamos como cristianos en nuestra sociedad.
Y para ayudarnos en la reflexión, meditemos las palabras que el Papa Francisco dirigió en la isla italiana de Lampedusa, el 8 de julio de 2013. En esta zona del Mar Mediterráneo hay un sector que los pescadores llaman el “cementerio del mar”', porque cuando tiran las redes suelen recuperar trozos de cuerpos de los ahogados en los naufragios, personas que desde el norte de África quieren llegar a Europa, huyendo de la pobreza y la miseria. Son palabras muy claras y contundentes, que sirven para muchas situaciones de necesidad, frente a las que no reaccionamos debidamente, ni siquiera como cristianos, debido a lo que él llama “globalización de la indiferencia”.
«Cuando hace algunas semanas supe esta noticia, que lamentablemente otra vez un barco había naufragado, el pensamiento me volvía continuamente como una espina en el corazón que me traía sufrimiento. Y entonces sentí que tenía que venir hoy aquí a rezar. A cumplir un gesto de cercanía, pero también para despertar a nuestras conciencias. Para que lo que sucedió no se repita.
Querría proponer algunas palabras que sobre todo provoquen a la conciencia de todos, empujen a reflexionar y a cambiar concretamente ciertas actitudes.
Tantos, entre nosotros, y me incluyo también yo, estamos desorientados, no estamos más atentos al mundo en el que vivimos, no cuidamos lo que Dios creó para todos y no somos ni siquiera capaces de cuidarnos los unos a los otros. Y cuando esta desorientación asume las dimensiones del mundo se llega a tragedias como aquella a la que hemos asistido.
Aquí nuestros hermanos y hermanas trataban de salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de paz y serenidad, buscaban un lugar mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte. ¡Cuántas veces quienes buscan esto no encuentran comprensión, acogida y solidaridad! ¡Y sus voces suben hacia Dios!
¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? ¡Nadie! Todos nosotros respondemos así: no, no soy yo, yo no tengo nada que ver, serán otros, no seguramente yo.
La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos vuelve insensibles a los gritos de los otros, nos hace vivir en burbujas de jabón, que son lindas, pero no son nada, son ilusión de lo superficial, de lo provisorio, que lleva a la indiferencia hacia los otros. Más aún, lleva a la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tenemos nada que ver, no nos interesa, no es mi problema!
Quisiera que nos planteáramos una pregunta: ¿Quién de entre nosotros ha llorado por este hecho o por hechos como éste?, ¿por la muerte de estos hermanos y hermanas? ¿Quién ha llorado por estas personas que estaban sobre la barcaza? ¿Por las jóvenes madres que llevaban a sus niños? ¿Por estos hombres que deseaban algo para apoyar a sus familias? ¡Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, del “sufrir con”: ¡es la globalización de la indiferencia!
Pidamos al Señor la gracia de llorar nuestra indiferencia, la crueldad que hay en el mundo, en nosotros, también en quienes en el anonimato toman decisiones socio-económicas que abren la calle a dramas como éste.
Señor, en esta que liturgia que es una liturgia de penitencia, pedimos perdón por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas.
Te pedimos perdón por quien se ha acomodado, por quien se ha cerrado en su propio bienestar que lleva a la anestesia del corazón.
Te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que llevan a este drama.»

Vídeo: Gestos que dan vida

El amor nunca puede desligarse de la compasión

Por Fray Marcos: XXVI Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo C) - Lc 16, 19-31

Por última vez, después de una insistencia machacona, nos habla Lucas de la riqueza. Yo también tengo claro que en materia de riqueza no haremos caso ni aunque resucite un muerto. La parábola va dirigida a los fariseos. Acaba de decir el evangelista: "Oyeron esto los fariseos, que son amigos del dinero, y se burlaban de él". Jesús apoyándose en las creencias que ellos aceptaban, quiere hacerles ver que, si de verdad creyeran lo que predican, no estarían tan pegados a las riquezas.
Esta parábola nos dice lo mismo que Mt 25,34-46: "Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber..." Las dos hay que entenderlas dentro de una visión mitológica del más allá: premio y castigo más allá, como solución de las injusticias del más acá.
Utilizar estos textos para seguir hablando de un premio para los pobres y un castigo para los ricos en el más allá, no tiene sentido alguno; a no ser que se busque la resignación de los pobres para que no se revelen contra la injusticia y poder así seguir disfrutando los ricos de sus privilegios. Aunque tengamos la obligación de superar el lenguaje de la época, el verdadero mensaje sigue siendo válido.
Para comprender por qué el rico, que comía y vestía de lo suyo, es lanzado al "hades" (no nuestro infierno), debemos explicar el concepto de rico y pobre en la Biblia. No existe en el AT un concepto puramente sociológico de rico y pobre, porque nada se podía desligar del aspecto religioso.
Para nosotros "rico" y "pobre" son conceptos que hacen referencia a una situación social. Rico es el que tiene más de lo necesario para vivir y puede acumular bienes. Pobre es el que no tiene lo necesario para vivir y pasa necesidades vitales.

En el AT la perspectiva es siempre religiosa. Fueron los profetas, sobre todo Amós, los que levantaron la liebre y denunciaron la maldad de la riqueza. Su razonamiento es simple. La riqueza se amasa siempre a costa del pobre. El rico se erige en señor del pobre. Pero para un judío el único Señor es Dios, por lo tanto el rico usurpa el señorío de Dios y con ello está fallando religiosamente.

Pobres, en el AT, sobre todo a partir del destierro, eran aquellos que no tenían otro valedor que Dios. Se trataba de los desheredados de este mundo que no tenían nada en qué apoyar su existencia; no tenían a nadie en quien confiar, pero seguían confiando en Dios. Esta confianza era lo que les hacía agradables a Dios, que no les podía fallar (Lázaro, -´el ´azar en hebreo- significa Dios ayuda).

Ahora comprenderéis por qué el evangelio da por supuesto que las riquezas son malas sin más matizaciones. No se dice que fueran adquiridas injustamente ni que el rico hiciera mal uso de ellas, simplemente las utilizaba a su antojo. Si Lázaro no hubiera estado a la puerta, no habría nada que objetar. Pero es precisamente el pobre, el que con su sola presencia, llena de maldad el lujo y los banquetes del rico. Tampoco Lázaro se propone como ejemplo moral de pobre, sino como contrapunto a la opulencia del rico.
Para comprender que no es fácil descubrir el verdadero sentido del evangelio, basta ver el comportamiento de Jesús. Sin duda ninguna, Jesús manifiesta una predilección por todos los que necesitaban liberación, entre ellos los pobres; pero también admitió la visita de Nicodemo, era amigo de Lázaro, aceptó la invitación de Mateo, acogió con simpatía a Zaqueo, fue a comer a casa de un fariseo rico, etc.
No es fácil descubrir las motivaciones profundas de la manera de actuar de Jesús. Jesús descubrió que la riqueza acumulada y no compartida, impide entrar en el Reino de los cielos; así lo predicó sin contemplaciones. Pero su actitud no fue excluyente, sino abierta y de acogida para con los ricos.
La clave de todo el relato es que el rico no descubrió a Lázaro que estaba a la puerta con los perros (animal impuro); aunque parece que después si lo reconoce cuando lo ve en el "seno de Abrahán". Es aquí donde debemos ver el toque de atención de la parábola. Vivimos tan enfrascados en nuestro hedonismo, que no queremos ver la miseria que existe en el mundo. Y eso que hoy, ni siquiera tenemos que salir a la puerta para descubrirla, porque se está colando a todas horas, dentro de casa por la ventana de la televisión.
El mensaje del evangelio no pretende solucionar un problema social sino a denunciar una falsa actitud religiosa. Una correcta actitud religiosa solucionaría la injusticia social. El evangelio está a años luz del capitalismo, pero también del comunismo. Jesús predica el "Reino de Dios", que consiste en hacer de todos los hombres una comunidad de hermanos.
La diferencia es sutil, pero sustancial. El comunismo reparte los bienes, pero mantiene al pobre en su pobreza para seguir justificándose. Jesús propone compartir como fruto del amor que nos une. La consecuencia sería la misma, que los ricos dejarían de acaparar y los pobres dejarían de serlo, pero el camino recorrido humanizaría tanto al rico como al pobre.
Seguramente que el rico de hoy hacía favores e invitaría a comer a sus hermanos y a los amigos ricos como él. Esa actitud no garantiza humanidad alguna. El amor cristiano solo está garantizado cuando hago algo por aquel que no va a poder pagármelo de ninguna manera.
El amor que pide Jesús nunca se puede desligar de la compasión. Amor sin compasión es interés. Un niño no tiene compasión por su madre, por eso lo que siente por ella no es "amor" sino interés radical, porque en ello le va la vida. La inmensa mayoría de las relaciones que calificamos como amor, no superan el listón del interés egoísta.
Ahora podemos entender por qué refugiarse en la incapacidad de cada uno para solucionar el hambre del mundo no puede ser excusa para no hacer nada.
Vuelvo a recordarlo, la denuncia no es de un problema social, sino religioso. Nuestra pasividad está demostrando que la religión no es más que una tapadera que intenta sumar alguna seguridad espiritual a las seguridades materiales que nos tranquilizan.
Jesús no te está pidiendo que soluciones el hambre del mundo, sino que salgas de tu error al confiar en la riqueza como salvación. No se te pide que salves el mundo, sino que te salves tú. Ahora bien, si los ricos dejásemos de acaparar bienes, inmediatamente llegarían a los pobres.
Me daría por satisfecho si todos nosotros saliéramos de aquí convencidos de que la pobreza no es un problema que alguien tiene que solucionar, sino un escándalo en el que todos participa¬mos y del que tenemos la obligación de salir.
No es suficiente que aceptemos teóricamente el planteamiento y nos dediquemos a criticar las injusticias que se están cometiendo hoy en el mundo. Es lo que hacemos todos. Se trata de descubrir que aunque yo esté dentro de la más estricta legalidad cuando acumulo bienes materiales, eso no garantiza que mi relación con los hombres, y por lo tanto con Dios sea la correcta.
No basta con que los ricos sean despojados de su riqueza, porque los ahora pobres ocuparían inmediatamente su lugar. Eso ha pasado en todas las revoluciones sociales. La única solución es la que propone Jesús y pasa por superar todos el egoísmo y hacer un mundo de hermanos.
Es verdad que los ricos no se consideran hermanos de los pobres, pero no es menos cierto que los pobres tampoco se consideran hermanos de los ricos. El evangelio va mucho más allá de la solución de unas desigualdades sociales, pero también esas injusticias quedarían superadas con un verdadero amor-compasión.
No podemos desarrollar nuestra religiosidad sin contar con el pobre. Nuestra religión, olvidando el evangelio, ha desarrollado un individualismo absoluto. Lo que cada uno debe procurar es una relación intachable con Dios. La moral católica está encaminada a perfeccionar esta relación. Pecado es ofender a Dios y punto. El evangelio nos dice algo muy distinto. El único pecado que existe es olvidarse del hombre que me necesita. Mi grado de acercamiento a Dios es el grado de acercamiento al otro. Todo lo demás es idolatría.


Comentario al Evangelio de hoy, 30 septiembre

Normalmente entendemos por “poder” la capacidad para someter a las cosas, o a las personas a la propia voluntad. Para Jesús el poder es otra cosa, el poder verdadero, el auténtico... es la donación de si mismo, enteramente, a la causa del Reino de Dios. La distancia entre estas dos concepciones se da no sólo en la finalidad, sino también en el objeto de dominio. Nosotros entendemos el poder como dominación, Jesús los entiende como entrega, donación, capacidad de amar... Es algo incluso “antinatural”, siendo conscientes de que la ley que parece rige la naturaleza es la de la lucha por la vida. Una lucha sin cuartel en la que los débiles desaparecen y los fuertes, los mejor praparados, son los que salen adelante en esta carrera por la vida. Una ley que mueve también nuestras sociedades y que expresamos con el término “competitividad”. Competimos toda nuestra vida para conseguir los primeros puestos, el estar a la derecha o a la izquierda.
Esto es lo que expresan los apóstoles de Jesús en el Evangelio de hoy. Creen que por ser del grupo de los cercanos a Jesús, por haber madrugado al seguimiento “merecen” un lugar principal. Parece lógico y normal. Pero Jesús les pone delante a un niño para que vean de otra manera el problema: hacerse esclavo y servidor para ser el más importante, la acogida y la entrega a lo últimos como camino para ser “los primeros”.

Evangelio del día 30 septiembre


Evangelio según San Lucas 9,46-50. 
Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande". Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros". Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes". 

29 septiembre 2013

Domingo 29 de septiembre

Hoy es domingo, 29 de septiembre.
Este fin de semana me pongo a orar, dedicando un tiempo al encuentro con el Señor. Lo hago consciente de que a veces no tengo un momento para la escucha y de que el evangelio, en algunas ocasiones, pasa a segundo plano en mi vida. Por eso hoy quiero dedicar un momento de calidad a la escucha. Respiro despacio. Me hago consciente de que alguien me acompaña. El Señor está conmigo. A su manera misteriosa, está cerca de mí y quiere caminar conmigo.
La lectura de hoy es del evangelio de Lucas (Lc 16, 19-31):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."»
Esta parábola que acabo de escuchar es un relato duro. Un relato que habla de oportunidades desperdiciadas, de egoísmo, de muerte y castigo. En parte brota una protesta al escuchar un texto así. ¿Dónde queda la misericordia de la que hablas otras veces, Señor? Entonces, ¿es que cabe la posibilidad de que no halla perdón para todos?
La palabra de Jesús hay que entenderla en su contexto. Lo que quiere enseñar con este relato no es cómo es Dios, sino cómo podemos ser las personas. Y sobre todo, quiere hacernos conscientes de que el bien no puede esperar. ¿Cuántas veces se me cuelan las urgencias, las prisas y otras prioridades y no presto atención a quien de verdad me necesita? Ahí es donde encaja la palabra de Jesús, recordándome que ya tengo toda la llamada que necesito.
Hay también un sufrimiento que nace de ver lo que uno no ha hecho. Las oportunidades que uno ha desperdiciado. El mal que uno no ha sabido o no ha querido afrontar. Cuando te das cuenta de eso, duele. Pero es mejor esa lucidez arrepentida, que la indiferencia.
Pienso ahora en cuántos Lázaros y Epulones hay en nuestro mundo y en nuestra vida. Cuántas personas que no quieren ver, cuántos silencios cómplices con las tragedias de ellas solas en el mundo. Y lo convierto en oración para que el Señor nos abra los ojos.
Ahí está Lázaro, sentado a la puerta de la casa del rico que festeja y banquetea. Y como Lázaro, tantos hombres y mujeres tirados hoy en las cunetas, alzando sus voces y sus brazos para pedir ayuda, para pedir alivio, para pedir compasión. Víctimas de cadenas y esclavitudes. De pobreza y hambre. De explotación y abusos. Gente de ojos gastados y gesto triste. Que miran, y quizás, esperan que alguien tenga tiempo para ellos.
Ahí está en el rico que banquetea, indiferente a la necesidad de su vecino. Y como él, tantos hombres y mujeres perdidos en dinámicas absurdas. Son los insaciables, los frívolos, los acaparadores. Siempre pendientes de sus propios apetitos y aficiones. Siempre empezando las frases con un “yo”. Siempre encontrando excusas para no abrir los ojos, la puerta o el corazón al prójimo.
Algún día será tarde para desandar el camino, para poner remedio, para gritar que otro mundo es posible. Algún día. Pero no hoy. Hoy todavía estamos a tiempo. Hoy todavía es momento de mirar alrededor, y trenzar redes de compasión y cordura, de justicia e igualdad, de dignidad para todos, pues todos somos hijos del mismo Dios y hermanos. Ahora, hoy, es el tiempo. Para que, un día, no tengamos que decir, con tristeza: «Ojalá lo hubiera sabido».
adaptación de Lc 16, 19-31, por José Ma Rodríguez Olaizola, sj
Termino este rato de oración. Le hablo al Señor de lo que se ha removido en mí ante la escucha de su palabra. Lo convierto en petición, en ofrecimiento o en acción de gracias. Me doy cuenta de que sus palabras siguen siendo hoy un relato sobre nuestro mundo, sobre mi mundo y antes de volver a lo cotidiano, a la vida, los nombres, las dinámicas de cada día, convierto esta oración en deseo. Un deseo que repetiré a lo largo de esta semana al pedir: Señor, ábreme los ojos y el corazón…. Señor, ábreme los ojos y el corazón…

Teatro-Títeres, 26º Domingo del T.O. 29 septiembre

PERSONAJES: 
  • ROSITA (NIÑA RICA)
  • JUANITO (NIÑO PODRE)
  • DIABLO O PERSONAJE MALO.
  • JESÚS

1 ESCENA
 ROSITA: (sale cantando) hola niños como están. Yo tengo mucho dinero,  y puedo hacer todo lo que me da la gana.
DIABLO: (aparece de repente) hola Rosita. De verdad tienes mucha plata,
ROSITA: si y puedo hacer todo lo que se me dé la gana.
DIABLO: en serio
ROSITA: Si
DIABLO: entonces para que te diviertas humilla a Juanito, que es muy pobre. Y no tiene lo que tú tienes.
ROSITA: (pregunta a los niños) ¿si niños hago eso?
DIABLO: no le pongas atención a estos niños, que son unos envidiosos
ROSITA: eso es vedad me tienes envidia, porque yo tengo mucha plata y ellos no.
DIABLO: así es, ellos son unos envidiosos, pobres y feos.
ROSITA: si, voy a humillar a Juanito. (Llama a Juanito)
JUANITO: dime Rosita.
ROSITA: mira todo el dinero que tengo y es solo mío, tú eres un pobre y feo. (Lo puede humillar con otras cosas, dulces, celular, ipop entre otros)
JUANITO: (se va llorando porque Rosita lo humillo)

2 ESCENA
 JESÚS: porque estas llorando hijo mío.
JUANITO: porque soy pobres
JESÚS: y quien te dijo eso
JUANITO: Rosita, ella me humillo. Pero sabes que yo creo que ella tiene razón, yo no tengo nada.
JESÚS: como que no, tienes nada, tienes una familia, salud, aquí todos te quieren y aunque no tienes mucho dinero, nunca te ha faltado la comida. Recuerda Juanito que Dios nunca nos ha abandonado y aunque muchas veces hemos estado mal, podres y llorando El siempre ha estado ahí. O es que te importa más el dinero que tu familia o que Dios .
JUANITO: (recapacita) no me importa tenerte más a ti, que todo el dinero del mundo (le da un abrazo) te amo.
JESÚSmuy bien Juanito así se habla, pero tenemos que enseñarle a Rosita que el más importante no es el dinero, sino Dios  y que no puede humillar a los demás, vamos darle una lección.  
JUANITO: ¿qué vamos hacer?
JESÚSme voy a disfrazar de mendigo, pero no le puedes decir nada a rosita.
JUANITO: Listo.
JESÚSy le voy a pedir una limosnita y cuando me le niegue la voy a regañar.

3 ESCENA
 ROSITA: Tengo dinero mucho dinero y no le voy a dar a nadie.
JESÚS(disfrazado de mendigo) niña me da una limosnita.
ROSITA: no, jamás usted es un pobre y yo no le hablo a los pobres, además todos este dinero es mío y nada más, Lárguese ya.
JESÚSsoy yo Jesús, eso no se hace Rosita, los más importante no es el dinero, sino Dios y ayudar a los hermanos y tú no lo haces.
ROSITA: perdón Jesús yo no quería eso, yo no quería rechazarte a Ti
JESÚS: ya sabes  que cuando humillas alguien, me estas humillando a Mí y cuando el dinero es los mas importante en tu vida, ya no me amas a Mí.
ROSITA: Jesús yo si te amo a Ti, me perdonas ya aprendí la lección de hoy, no voy a humillar a nadie y lo mas importante no es el dinero eres tu Jesús y mis amiguitos.
JESÚS: muy bien, ve y pídele disculpas a Juanito y no lo vuelas a ser.
ROSITA: Si lo voy hacer. Niños ayudemen a llamar a Juanito, uno, dos y tres.
JUANITO: (sale) me vas a humillar otra vez, yo no me importa porque yo se que los mas importante no es dinero sino Dios y mi familia.
ROSITA: yo también ya lo aprendí, me perdonas Juanito jamás te voy a volver a humillar. (Se abrazan) te quiero mucho Juanito.
JUANITO: yo también Rosita.
ROSITA: vamos al parque que te voy a invitar a helado. Chao niños y ya saben el compromiso de hoy no humillar a nuestros hermanos sino compartir con ellos.

Avisos Parroquiales

1.    El próximo viernes, día 4, celebraremos la FESTIVIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASÍS. Les invitamos a unirse a nuestra fiesta como parroquia franciscana. La víspera, el día 3, tendremos la celebración del “TRÁNSITO DE SAN FRANCISCO”. Será en la Eucaristía de las 8.00 de la tarde.


2.   Ya está a su disposición la Hoja Parroquia de inicio de Curso. Pueden disponer de ella al fondo de la Iglesia.

Romper la indiferencia, por José Antonio Pagola

Compartiendo la Palabra: Por José Antonio Pagola

ROMPER LA INDIFERENCIA

Según Lucas, cuando Jesús gritó "no podéis servir a Dios y al dinero", algunos fariseos que le estaban oyendo y eran amigos del dinero "se reían de él". Jesús no se echa atrás. Al poco tiempo, narra una parábola desgarradora para que los que viven esclavos de la riqueza abran los ojos.
Jesús describe en pocas palabras una situación sangrante. Un hombre rico y un mendigo pobre que viven próximos el uno del otro, están separados por el abismo que hay entre la vida de opulencia insultante del rico y la miseria extrema del pobre.
El relato describe a los dos personajes destacando fuertemente el contraste entre ambos. El rico va vestido de púrpura y de lino finísimo, el cuerpo del pobre está cubierto de llagas. El rico banquetea espléndidamente no solo los días de fiesta sino a diario, el pobre está tirado en su portal, sin poder llevarse a la boca lo que cae de la mesa del rico. Sólo se acercan a lamer sus llagas los perros que vienen a buscar algo en la basura.
No se habla en ningún momento de que el rico ha explotado al pobre o que lo ha maltratado o despreciado. Se diría que no ha hecho nada malo. Sin embargo, su vida entera es inhumana, pues solo vive para su propio bienestar. Su corazón es de piedra. Ignora totalmente al pobre. Lo tiene delante pero no lo ve. Está ahí mismo, enfermo, hambriento y abandonado, pero no es capaz de cruzar la puerta para hacerse cargo de él.
No nos engañemos. Jesús no está denunciando solo la situación de la Galilea de los años treinta. Está tratando de sacudir la conciencia de quienes nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia teniendo junto a nuestro portal, a unas horas de vuelo, a pueblos enteros viviendo y muriendo en la miseria más absoluta.
Es inhumano encerrarnos en nuestra "sociedad del bienestar" ignorando totalmente esa otra "sociedad del malestar". Es cruel seguir alimentando esa "secreta ilusión de inocencia" que nos permite vivir con la conciencia tranquila pensando que la culpa es de todos y es de nadie.
Nuestra primera tarea es romper la indiferencia. Resistirnos a seguir disfrutando de un bienestar vacío de compasión. No continuar aislándonos mentalmente para desplazar la miseria y el hambre que hay en el mundo hacia una lejanía abstracta, para poder así vivir sin oír ningún clamor, gemido o llanto.
El Evangelio nos puede ayudar a vivir vigilantes, sin volvernos cada vez más insensibles a los sufrimientos de los abandonados, sin perder el sentido de la responsabilidad fraterna y sin permanecer pasivos cuando podemos actuar.

Family Chef

“FAMILY CHEF” es un proyecto de la Delegación de Familia y Vida de la Archidiócesis de Toledo que busca ayudar a las familias cristianas, de una manera muy sencilla y concreta, a vivir en sus hogares la liturgia doméstica.
La experiencia nos demuestra que, aunque muchas familias cristianas quieren hacer oración en familia, llevarlo a la práctica resulta muy complicado. Esto provoca que, en ocasiones, se rindan y se limiten a vivir su oración de manera individual o, a lo sumo, como matrimonio, pero sin ser capaces de introducir a los hijos en la vida de piedad.
“FAMILY CHEF” busca salir al paso de esta necesidad, ofreciendo unos materiales con ideas concretas y muy “aterrizadas” que cada familia puede hacer suyas.



Hoja Parroquial 1º Trimestre de 2013



Recursos Sacramentos VIII





Recursos Biblia VII: Sopa de letras








Recursos Biblia VI










Fuente: Educo con Jesús

La vida del Papa Francisco

El Papa Francisco viaja a Asís el 4 de octubre


Lo que hará el Papa en la tierra de San Francisco de Asís

Tomado de Aciprensa

ASÍS, 04 Sep. 13 / 04:45 am (ACI/EWTN Noticias).- La oficina de prensa de laSanta Sede dio a conocer el programa oficial de la visita del Papa Francisco a la ciudad de Asís (Italia), el próximo viernes 4 de octubre, donde incluirá un encuentro con niños con habilidades especiales, enfermos, jóvenes, miembros del clero, también almorzará con los pobres, presidirá una Misa y tendrá momentos de oración en la cripta de San Francisco, así como frente a la cruzde San Damián y el cuerpo de Santa Clara, entre otros.

El Santo Padre visitará por primera vez en su vida la ciudad del “Poverello”, y se cree que parte de su recorrido lo hará a pie, por lo que el municipio de Asís ha previsto la posibilidad de cerrar algunas calles o limitar su acceso a los peregrinos para facilitar el paso del Pontífice, ya que se calcula que serán unas 300 mil personas las que llegarán a la ciudad para la ocasión.

El campo deportivo del Instituto Seráfico de esta pequeña ciudad medieval, será el primer punto de llegada del Santo Padre, quien saldrá del Vaticano a las 7 a.m. a bordo de un helicóptero.

Luego de aproximadamente 45 minutos de vuelo, llegará a este recinto y se encontrará con algunos niños discapacitados y con los enfermos de esa institución.

Una hora más tarde, 8:45 a.m., visitará en privado el Santuario de San Damián donde tendrá un momento de oración para luego trasladarse a la Sede Arzobispal para tener un encuentro con los pobres asistidos por Cáritas.

Posteriormente el Pontífice será trasladado en automóvil a la Basílica Superior de San Francisco, donde será recibido por los frailes conventuales, aquí también tendrá un momento de oración en la cripta donde está sepultado el santo de los pobres y luego a las 11 a.m. celebrará la Eucarística en la Plaza de San Francisco.

Al término de la Misa se dirigirá al Centro de Primera Acogida de Cáritas, ubicado cerca a la estación ferroviaria de Santa María de los Ángeles para almorzar con los pobres del centro y luego en privado visitará al Eremitorio de las cárceles, para rezar en la celda de San Francisco.

Siguiendo con sus actividades, el Santo Padre visitará a las 3.15 p.m. la Catedral de San Rufino para reunirse con el clero, con los de vida consagrada y los miembros del Consejo Pastoral de la diócesis.

Antes de visitar la Porciúncula en Santa María de los Ángeles y encontrarse con los jóvenes a las 5:45 p.m., el Papa Francisco hará una parada en la Basílica de Santa Clara para venerar el cuerpo de la santa y rezar en silencio ante el crucifijo de San Damián.

Terminando su visita, el Santo Padre a las 6:30 p.m. tendrá otro momento privado de oración en Rivotorto, donde  San Francisco se recogía con sus hermanos de la orden, ahí rezará en el denominado “tugurio” de San Francisco, para luego alrededor de la 7:15 p.m. se despedirá de las autoridades y retornará al Vaticano.