20 enero 2016

Comentario Domingo III de Tiempo Ordinario

Oración
Señor y Hermano Jesús:
Tú dijiste que “tu Padre nos enviaría en tu nombre el Espíritu
Santo y que Él nos recordaría lo que nos enseñaste y nos los explicaría todo”.
Tú conoces la pobreza y la aridez de nuestro corazón.
Te pedimos que tu Espíritu nos lo refresque, nos lo ilumine, nos haga entender tu Evangelio. AMEN, ASI SEA.

Lc 1,1-4.4,14-21
«1Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 2tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 3he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 4para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
14Y volvió Jesús por la fuerza del Espíritu a Galilea, y su fama se extendió por toda la región. 15Y él enseñaba en sus sinagogas, alabado por todos.

16Y fue Jesús a Nazará, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se levantó para hacer la lectura. 17Y le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollando el libro, encontró el pasaje donde estaba escrito:
18‘El Espíritu del Señor (está) sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Noticia (evangelizar) a los pobres; me ha enviado a proclamar a los cautivos la liberación y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos 19y proclamar un año de gracia del Señor’.
20Y, enrollando el libro, devolviéndolo al que le ayudaba, se sentó. Y todos los ojos en la sinagoga estaban fijos en él. 21Comenzó, pues, a decirles: ‘Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír’».
¡PALABRA DEL SEÑOR!

CONTEXTO
En el comienzo del Tiempo ordinario entramos en el Evangelio de Lucas, protagonista en el ciclo C del año litúrgico. El texto del evangelio tiene dos partes, ambas introductorias: la primera (1,1-4) es la presentación de todo el evangelio; la segunda (4,14-21) presenta el ministerio público de Jesús. Entre ambas, una gran sección dedicada a presentar a Juan Bautista y a Jesús, en su infancia, en su misión. La perícopa anterior a la segunda parte del evangelio nos narra las tentaciones de Jesús (4,1-13), prueba de fuego para un Jesús ya dispuesto a entregarse por completo a su misión. Todavía el texto evangélico continúa hasta 4,30 con un final que manifiesta la incomprensión que sufre Jesús en su propio pueblo, pero también la decidida resolución de seguir adelante con su misión.

TEXTO
Consta de tres perícopas independientes. La primera (1,1-4) es la introducción general al evangelio: aparece el destinatario del mismo, el ilustre Teófilo (el amigo de Dios o el amado de Dios), que puede ser un nombre hueco en el que cabe toda persona de buena voluntad que busca a Dios; aparece también el plan del autor, un plan riguroso, completo y ordenado sobre todo lo que ha ocurrido respecto a Jesús (un orden que responde a su esquema evangelizador, no al orden objetivo que pudo haber); y el objetivo de la obra: la solidez (asphaleia) de la enseñanza recibida: poder pisar sobre suelo duro. La segunda parte (4,14-15) es un breve sumario de actividad de Jesús: sobresale la mención al Espíritu (marca de la casa de Lucas), la sola referencia a la enseñanza y el hecho de que era alabado por todos (como contraste a lo que sucederá en 4,22b-29). La tercera parte (4,16-21) es el inicio de una perícopa más amplia (4,16-30). Sobresale la central presentación del mensaje de Isaías, rodeado por elementos comunes en la introducción y en la conclusión (sinagoga, levantarse-sentarse, desenrollar-enrollar), asumida por Jesús como misión propia que ya se ha cumplido (hoy).

ELEMENTOS A DESTACAR
• La preocupación mostrada por el evangelista para dar solidez a la enseñanza nos lleva a la fe-confianza en la tradición que hemos recibido y a la responsabilidad en la que tenemos que transmitir.
• Jesús se deja llevar por la fuerza del Espíritu, está habitado por ella: desde ella se mueve y actúa. ¿Desde dónde, desde qué fuerzas nos movemos y actuamos nosotros y nosotrass? ¿Cuál es el motor, la fuente de nuestro ser?
• Con un texto de Isaías anuncia Jesús el programa de su misión; se siente ungido y enviado: no hay envío sin unción, ni unción que no conlleve envío. La unción remite a la relación con Dios (personal, comunitaria, sacramental); el envío, a la relación comprometida con el mundo.
• Estamos ante el programa de vida de Jesús, en el que juegan un papel estelar los pobres, los cautivos, los ciegos, los oprimidos. ¿Qué papel juegan estos prototipos en nuestra vida de discípul@s de Jesús? ¿Cuál es nuestro programa de vida? ¿Quién lo alienta? ¿Dónde se apoya?
• ‘Hoy’ es un término muy ‘lucano’ (11 veces en Lc; 9 en Hch) para expresar la salvación actual portada por Jesús a las vidas de la gente, especialmente a los pobres, enfermos y pecadores públicos (Lc 5,25; 19,9 etc): con Jesús entramos definitivamente en el tiempo del cumplimiento de la salvación de Dios. ¿Cómo hacer ‘hoy’ presente esa salvación entre nosotr@s?

Paso 1 Lectio: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.
Paso 2 Meditatio: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior. A las mociones (movimientos) y emociones que sientes. ¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Paso 3 Oratio: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios…
Paso 4 Actio: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

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