20 marzo 2016

Viernes Santo: Moniciones 2



VIERNES SANTO: MONICIONES  
 1. Monición de entrada
 Hoy, Viernes Santo, nos reunimos los cristianos para acompañar a Jesús en el día de su muerte, para orar en silencio, para escuchar el relato de su pasión y para mirar y mirarnos en el árbol de la salvación, que es la Santa Cruz. La gloria del Domingo de Ramos se convierte en la vergüenza del Calvario. Las alabanzas se convierten en gritos de muerte. Y aquí estamos nosotros, espectadores mudos, asistiendo a la representación. La Iglesia nos invita, hermanos, a desnudarnos de nuestra seguridad y de nuestra autosuficiencia, a dejarnos conmover por la entrega total y llena de amor, que es la muerte de Cristo en la Cruz. Vivamos esta celebración como un acto de fe y una respuesta de amor, al que nos ama de verdad, sin pedir nada a cambio.  
 2. Monición a la primera lectura
 El profeta Isaías nos habla en la primera lectura del siervo de Yahvé, pero, ¿quién es este siervo de Yahvé? ¿Qué misión se le encomienda? ¿Qué hace con su vida? Escuchemos este texto del profeta que, siglos antes de Jesús, escribió este canto como si pensara en Jesús, como si estuviera viendo el desenlace de su vida. Jesús cumple esta profecía al pie de la letra, carga con nuestros pecados e intercede por nosotros. Oigamos con atención 
 3. Monición a la segunda lectura
 En principio, obedecer a Dios no cuesta dinero, a veces, sin embargo, cuesta lágrimas y, a sus elegidos, siempre les cuesta la vida. Hoy nos acercamos al muerto que vence la muerte para mendigar misericordia y perdón, para abrir la puerta de la vida y de la salvación. Cristo es el trono de la gracia, no tengas miedo en mancharte con su sangre. Acércate a Él.
 Escuchemos la proclamación de la palabra de Dios.  
 4. Monición al evangelio
 La Pasión de Jesús es la revelación suprema de que su reino no es de este mundo. La revelación de su gran amor. La cruz es la derrota del mal, del enemigo. La cruz es la última victoria del amor. Escuchemos y meditemos la proclamación de la Pasión del Señor  
 5. Monición antes de la Oración Universal.
 Ahora vamos a orar como pueblo de Dios por toda la humanidad. Es nuestra oración comunitaria. En esta oración, rezamos por todo el mundo, y nos sentimos miembros de la iglesia universal.  

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