27 abril 2016

Domingo VI de Pascua: ¿Qué me quiere decir hoy Jesús?

Seguir a Cristo no siempre es fácil. Por eso Jesús les explica a sus amigos que cuando él ya no esté con ellos, contarán con el Espíritu Santo para darles sabiduría para entender qué deben hacer, y para darles la valentía para hacer lo que deben hacer. Sabiendo que sufrirán ataques, Jesús les pide que “no pierdan la paz ni se acobarden”, que a pesar de todo lo difícil que les espera, él siempre estará con ellos.
Cuando vivimos como Dios nos pide, demostramos el amor que sentimos por Él y El habita en nosotros, dándonos una paz maravillosa a pesar de lo difíciles que puedan ser nuestras circunstancias. Claro que no siempre es fácil vivir amando a los que me rodean, pues ello implica vencer mi pereza; mi comodidad; mis gustos; mis ganas de parecer superior a los demás; mi miedo a ser criticado… o simplemente porque el esfuerzo que implica amar es superior a mis capacidades.
Vencerme a mi mismo para poder entregarme a los demás puede parecer imposible si no fuera por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios mismo que se introduce en mí para recordarme lo que Dios espera de mí, y para darme la capacidad para cumplirlo.
¿Has pensado cómo pudieron personas tan débiles físicamente como Juan Pablo II a sus casi 90 años y la Madre Teresa de Calcuta, emprender obras tan grandes que cambiaron el destino del mundo? la respuesta es: gracias al Espíritu Santo. Porque detrás de las obras de amor del hombre siempre está Él. Y detrás de Él, siempre está la oración y los sacramentos.
En los momentos que más te cuesta vencerte para amar a los demás, ¿te acuerdas de que el Espíritu Santo está cerca de ti para ayudarte, esperando a ser llamado con tu oración?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario