Domingo 21° durante el año – (21
de agosto de 2016)
1-
Entrada:
Vivimos en un mundo
globalizado pero dividido. Y, sin embargo, el Señor quiere reunir a todos los
pueblos para ofrecerles la salvación. Celebremos con gozo nuestra fe y pidamos
por los que sufren y mueren por ella. Nos ponemos de pie y cantamos para
recibir al padre.
2-
Liturgia de la Palabra:
El Evangelio de la
salvación debe ser anunciado a todos los pueblos de la tierra. Nosotros que ya
lo conocemos, debemos vivir de acuerdo a él. ¿Estamos dispuestos?
3-
Oración de los fieles:
Para entrar por la puerta estrecha necesitamos de la ayuda de Dios. Por
eso, recemos juntos diciendo: Jesús, que todos los hombres se salven.
-
Por el Papa Francisco y todos
los pastores de la Iglesia, para que sepan guiarnos por el camino de la
salvación fortaleciéndonos cuando nos desalentamos o desviamos.
-
Por los pueblos del mundo,
para que las religiones no sean motivo de fanatismos, luchas y muertes, sino
por el contrario, edifiquen un mundo mejor.
-
Por los catequistas en su día,
para que sigan enseñando la Buena Nueva de Jesús y la ratifiquen con su vida.
-
Por todos los niños, para que
al celebrar hoy su día, reciban junto con algún regalo, todo el amor que
merecen y necesitan para crecer como buenas personas.
- Por los niños de la Infancia Misionera, que
celebran su jornada nacional, para que con la sencillez de su edad anuncien
alegremente a Jesús.
4-
Ofrendas:
Con corazón puro y
generoso, llevemos al altar nuestras ofrendas mientras cantamos juntos.
5- Comunión:
¡Nosotros somos de
los que hemos comido y bebido con el Señor! Para que esto no sea un reproche
sino una bendición, vayamos a comulgar con el compromiso de esforzarnos por
vivir el Evangelio. Acerquémonos cantando.
6-
Despedida:
La Misa termina,
nos espera la vida cotidiana. Allí debemos vivir y anunciar a los demás la
salvación que Jesús trajo para todos. Vayámonos cantando.
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