21 febrero 2017

Domingo 26 febrero: Liturgia 1


Resultado de imagen de liturgia

26 DE FEBRERO DE 2017
Liturgia de las Horas – Cuarta Semana del Salterio

R I T O S    I N I C I A L E S

CANTO DE ENTRADA.
Reunidos en el nombre del Señor que nos ha congregado ante su altar, celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.  Celebremos el misterio de la fe bajo el signo del amor y la unidad.

Purifica con tu gracia nuestras manos, ilumina nuestra mente con tu luz, que la fe se fortalezca en tu Palabra y tu cuerpo tomado en alimento nos traiga la salud.  
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de Isaías 49, 14-15.

Sión decía: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado».
¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.  
      PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 61.
Antífona: Descansa sólo en Dios, alma mía.

Solo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.

Descansa solo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón.  

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 4, 1-5.

Hermanos:
Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: La palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón.

EVANGELIO. 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 6, 24-34

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?  Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».  
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Señor del universo, bendito seas por este pan de trigo que da la tierra.  Venga a nosotros tu Pan de cada día que es vida y gozo.

Bendito seas siempre, Señor del cielo, por el vino que has puesto en los viñedos.  Danos tu vino, que es fuerza y alegría para tus hijos.  

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Si vienes conmigo y alientas mi fe, si estás a mi lado a quien temeré. (Bis)

A nada tengo miedo, a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder.  Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.  Señor, Tú me levantas, si vuelvo a caer.

¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!  Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.  ¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?  Señor, Tú solo quedas, Tú solo junto a mí.

En cosas que se mueren yo puse el corazón.  Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.  En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

No te creemos, Señor, por eso estamos siempre preocupados, buscando seguridades, programando el futuro, planificando la vida para que todo esté controlado y vivimos angustiados y corriendo de un sitio para otro.

No te creemos, Señor, y por eso pasamos más tiempo preocupados que ocupados, dando vueltas a las cosas y pensando lo que podría ocurrir mañana, y los miedos no nos dejan vivir.

No te creemos, Señor, si lo hiciéramos, viviríamos tranquilos, pondríamos nuestra vida en tus manos y gozaríamos del aquí y ahora, que es el único momento que nos pertenece, ya que cada día trae su propio afán.  Ayúdanos.

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA

Canto.
Te damos gracias, Señor, de todo corazón.  Te damos gracias, Señor, cantamos para ti.

A tu nombre daremos gracias, por tu amor y tu lealtad, te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario