22 julio 2017

Para fijarnos en el Evangelio del domingo 23 de julio

● Tres parábolas nos presenta la lectura de hoy.
● La parábola del trigo y la cizaña nos muestra una realidad evidente que se da en nuestro mundo: el bien y el mal están presentes al mismo tiempo en el mundo, dentro de nuestros grupos y comunidades cristianas.
● Todos somos conscientes de ello. Existe la tentación de arrancar la cizaña, el mal, para dejar crecer el trigo, el bien.
● Esto es fruto de la impaciencia humana. Pero en la parábola vemos que Dios es paciente, espera, respeta la libertad de las personas.
● Sólo al final se producirá la separación; mientras hemos de traba- jar por aumentar el bien y hacer que disminuya el mal, nuestra misión es hacer crecer pacientemente los valores evangélicos de la verdad, el amor, la sencillez, el servicio, la paz, la justicia.
● El Reino de Dios nos está diciendo está permanentemente en conflicto, en tensión.
● Las parábolas del grano de mostaza y de la levadura en la masa son un canto a la esperanza, al optimismo, que buena falta nos hace.
● Estas parábolas resaltan el contraste entre la pequeñez de los principios y la grandeza del final. De lo poco surge lo mucho.
● Así fue la vida de Jesús, así fue la vida de los primeros seguidores de Jesús, así es la vida de la Iglesia, así es el Reino de Dios, así es la vida de muchos buenos cristianos.
● Toda una gran lección para nosotros que pretendemos ver, palpar grandes resultados.
● Por tanto no perdamos la esperanza, procuremos que de verdad exista la levadura mezclada con la masa y que el grano de mostaza pueda ir desarrollándose.
● No perdamos la fe en las pequeñas cosas, en la gente sencilla, en los actos de cada día, en los pequeños gestos.
● Que seamos siempre levadura y grano de mostaza y que sepamos mezclarnos con la masa.

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