16 agosto 2017

Domingo 20 agosto: Liturgia 1


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20 DE AGOSTO DE 2017
Liturgia de las Horas - Cuarta Semana del Salterio.


R I T O S    I N I C I A L E S
CANTO DE ENTRADA.
Juntos cantando la alegría, de vernos unidos en la fe y el amor.  Juntos sintiendo en nuestras vidas, la alegre presencia del Señor.

Hay una fe que nos alumbra con su luz, una esperanza que empapó nuestro esperar.  Aunque la noche nos envuelva en su inquietud, nuestro amigo Jesús nos guiará.
   
SALUDO Y  MONICIÓN.

ACTO PENITENCIAL.

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA. 
Lectura del libro de Isaías 56, 1. 6-7.

Esto dice el Señor: «Observad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar, y mi justicia se va a manifestar.
A los extranjeros que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observan el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo, los llenaré de júbilo en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios serán aceptables sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos».
      PALABRA DE DIOS

SALMO RESPONSORIAL. Salmo 66
Antífona: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.  Que Dios nos bendiga; que le teman todos los confines de la tierra.

SEGUNDA LECTURA. 
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32.

Hermanos:
A vosotros, gentiles, os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles, haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a algunos de ellos.
Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?
Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros, en otro tiempo desobedecisteis a Dios, pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.  
PALABRA DE DIOS

ALELUYA.
Antífona: Jesús proclamaba el Evangelio del reino, y curaba toda dolencia en el pueblo.


EVANGELIO. 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21-28.

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
El no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando».
El les contestó: «Solo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo: «Señor, ayúdame».
Él le contestó: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
PALABRA  DEL SEÑOR

HOMILÍA.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

LITURGIA EUCARÍSTICA

OFERTORIO.
Canto:
Te ofrecemos Señor, lo que nos diste Tú.

La fe que sembraste en todos los hombres, el amor y la esperanza que llenan la vida.

El pan en las manos de tu sacerdote, el cáliz que ofrece por todos los hombres.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.

PREFACIO Y SANTO.

PLEGARIA EUCARÍSTICA.

RITO DE LA COMUNIÓN

PADRE NUESTRO.

RITO DE LA PAZ.

CORDERO DE DIOS.

COMUNIÓN.
Canto:
Si vienes conmigo y alientas mi fe, si estás a mi lado a quien temeré. (Bis)

A nada tengo miedo, a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder.  Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.  Señor, Tú me levantas, si vuelvo a caer.

¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!  Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.  ¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?  Señor, Tú solo quedas, Tú solo junto a mí.

En cosas que se mueren yo puse el corazón.  Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.  En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú solo vives siempre, Tú solo mi Señor. 
  
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

Gracias, Señor, por haberte quedado a nuestro lado hecho alimento.  Acrecienta nuestra fe.

Tú nos enseñas que la fe puede mover montañas y el Evangelio de hoy nos acaba de mostrar cómo la fe fuerte de una mujer, cambia el discurrir de los acontecimientos y aún los planes de Dios. 

Señor, también nosotros estamos encerrados en nuestro bienestar y les negamos el pan a los que vienen de lejos en busca de las migajas.

Ayúdanos a mirar a los que son distintos, no como posibles problemas, sino como hermanos que tienden su mano necesitada hacia nosotros.  Haz nuestra mirada universal y que veamos en cada persona un hermano.

Gracias, Señor. 

ORACIÓN.

RITO DE CONCLUSIÓN

BENDICIÓN Y DESPEDIDA.

Canto.
Te damos gracias, Señor, de todo corazón.  Te damos gracias, Señor, cantamos para ti.

A tu nombre daremos gracias, por tu amor y tu lealtad, te llamé y me escuchaste, aumentaste el valor en mi alma. 


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